Hace unos días se presentó la edición 2020 del Índice de Conectividad Global (GCI), creado por Huawei con el fin de analizar un amplio espectro de indicadores de infraestructura TIC y transformación digital. Los resultados generan un ranking de la economía digital global, en el que México alcanza el lugar 53, en el grupo intermedio de adoptantes. En América Latina lo superan Chile, Uruguay, Brasil y Argentina.
En este séptimo reporte anual, que estudia 79 países del orbe, Huawei afirma que la transformación digital de las industrias ayudará a los países a aumentar la productividad, estimular la recuperación económica y desarrollar la competitividad futura. La compañía propone cinco etapas clave de la transformación digital de la industria: eficiencia de tareas, funcional, del sistema, agilidad organizacional y resiliencia del ecosistema.
El GCI evalúa la conectividad desde una perspectiva nacional e industrial. Para este ranking se toma en cuenta el impacto de 40 indicadores de rendimiento en la economía, la competitividad digital y el crecimiento a futuro.
El informe clasifica a las economías participantes en tres grupos: Frontrunner (líderes), Adopter (adoptantes) y Starter (principiantes). Este año, México aparece en el lugar 53 del grupo intermedio de adoptantes. Ahí se incluye a otros países de la región como Chile (30), Uruguay (40), Brasil (44), Argentina (50), Colombia (54) y Perú (57). Estados Unidos encabeza el ranking, como el país mejor conectado, le siguen Singapur y Suiza. Al otro extremo, los últimos tres lugares de la lista los ocupan Uganda, Tanzania y Etiopía.
Temperatura de las economías
En el actual GCI se observa que las economías del grupo de los principiantes han logrado un progreso significativo en la cobertura de banda ancha. Su penetración promedio de banda ancha móvil aumentó más de 2.5 veces, sus suscripciones 4G pasaron de 1% a 19% y su banda ancha móvil se volvió 25% más asequible. Hoy ofrecen mejores servicios digitales integrales y aprovechan nuevas oportunidades de desarrollo económico. Además, su gasto en comercio electrónico casi se ha duplicado desde 2014 a más de $2,000 dólares por persona.
Las organizaciones en países líderes y adoptantes están priorizando el mantenimiento de sus presupuestos de IT. Han recortado sus presupuestos IT entre 2.5 y 3.5 veces menos que las organizaciones de otros países en promedio. Las naciones con una infraestructura digital más madura están mejor posicionadas para minimizar el impacto económico de la pandemia, recuperarse más rápido y garantizar la continuidad de su transformación en modelos de productividad de orden superior.
Pilares de la conectividad
Los indicadores están divididos en cuatro pilares: Se miden los niveles actuales de abastecimiento de productos y servicios IT que usan los países para transformarse digitalmente; se evalúa la demanda de conectividad en el contexto de usuarios y actividades relacionadas a iniciativas de transformación digital; también se describe cómo es la experiencia de conectividad para usuarios finales y organizaciones en la economía digital de hoy; asimismo, da un vistazo potencial a los indicadores que señalan cuál será el desarrollo futuro de la economía digital.
Para México, los principales indicadores de suministro son las leyes TIC, las conexiones 4G y 5G, así como la inversión IT. En el rubro de demanda son la penetración de teléfonos inteligentes, las suscripciones a ancho de banda móvil y las computadoras en casa. Respecto a experiencia, el índice considera que los tres mayores indicadores son los niveles de uso de internet, los servicios de Gobierno vía electrónica y la conciencia que se tiene en torno a la ciberseguridad. Mientras que los tres que tienen mayor potencial son los modelos de negocio influenciados por tecnología, IoT y cloud.
En el caso de Estados Unidos, los principales indicadores en suministro son la inversión en cloud, en IT en general y en telecomunicaciones. Al hablar de la demanda, se subraya la penetración de teléfonos inteligentes, las suscripciones a ancho de banda móvil y los servidores de internet asegurados. En el renglón de experiencia son el uso de cloud, la conciencia de ciberseguridad y los servicios que brinda el Gobierno vía electrónica. Los de mayor potencial son los de telefonía móvil, el ancho de banda y los modelos de negocio influenciados por tecnología.
Etapas de transformación digital según el GCI
El GCI de 2020 es la primera ocasión que se proponen cinco etapas clave para la transformación digital de los sectores económicos:
- Eficiencia de la tarea: Se pone el foco en el seguimiento de la finalización de tareas individuales a través de conectividad básica y comunicación más eficiente.
- Eficiencia de la función: Las funciones computarizadas o automatizadas habilitadas por las TIC permiten manejar múltiples tareas simultáneamente y compartir información de manera más eficiente.
- Eficiencia del sistema: Se pone más énfasis en la digitalización de las funciones centrales del sistema para operaciones eficientes. Las empresas en esta etapa tendrán una mayor demanda de conectividad y servicios en la nube.
- Eficiencia y agilidad organizacional: Los procesos empresariales se digitalizan, migran a la nube las aplicaciones empresariales y todos los sistemas se integran de forma eficaz. Además, las redes de alta cobertura, la amplia adopción de aplicaciones basadas en la nube y la implementación de AI e IoT contribuyen al análisis y la información de datos en tiempo real.
- Eficiencia y resiliencia del ecosistema: Todo el ecosistema está digitalizado, es capaz de responder rápidamente a los cambios del mercado y puede respaldar la coordinación automática y la colaboración intersectorial de las partes interesadas. Las tecnologías representativas como 5G, IoT y robótica en México presentan nuevas oportunidades para el surgimiento de nuevos modelos comerciales, métodos de trabajo y productos a lo largo del proceso de digitalización.
Finalmente, el GCI sugiere que las economías capaces de aumentar la productividad y volverse digitales con conectividad inteligente disfrutan de un mayor valor agregado bruto por trabajador o por hora trabajada lo que traduce la conectividad en beneficios directos a la gente.