Al centro de la revolución digital están las aplicaciones. Las empresas necesitan ambientes de trabajo que faciliten el desarrollo, testeo y despliegue rápido de apps si quieren mantenerse competitivas, pero crear y mantener estos ambientes es caro, difícil de escalar y toma tiempo. La nube llegó con una puerta de escape: Environment-as-a-Service (EaaS).
EaaS es similar a Infrastructure-as-a-Service (IaaS), pero en lugar de incluir en la oferta solo la infraestructura suma también el código, la configuración y el software para que las aplicaciones puedan ejecutarse en un ambiente virtualizado y en la nube. El servicio utiliza automatización para configurar sus servidores en función de una aplicación especificada y operar de forma óptima.
Por ejemplo, crear un ambiente de pruebas en una nube privada podría requerir la creación de un entorno OpenStack, un orquestador de recursos de nube, un firewall virtual, un cluster de Kubernetes y un playbook de Ansible. Gracias a EaaS, todos estos elementos son provisionados y configurados de forma automática. Una tarea que podría tardar todo un día termina por completarse en 15 minutos.
Algunos casos de uso comunes de EaaS son los Ambiente de Prueba de Concepto (POC), Quality Assurance (QA), ambientes de entrenamiento en línea, demostraciones con objetivos de venta, y grandes migraciones de datos o software hacia la nube.
Por supuesto, estas tareas pueden en muchos casos ejecutarse con recursos locales, pero las organizaciones optan por EaaS principalmente por el potencial de transformación que detona en la empresa gracias a:
- Dominio de costos: Uno de los puntos de venta principales de la nube es su bajo costo, pero la experiencia ha demostrado que el precio puede escalar súbitamente y superar con creces los presupuestos asignados al inicio del proyecto. Bajo un modelo EaaS se conoce desde el comienzo el costo que implicará la creación de un “ambiente”, puede limitarse además el número máximo de estas instancias y ajustar sus características al vuelo.
- Agilidad de desarrollo sin fallas: Ir más rápido que la competencia es un objetivo que detona múltiples beneficios, pero esa velocidad debe construir productos, servicios y aplicaciones que operen de forma óptima. No es eficiente desarrollar con rapidez pero tener que retrabajar constantemente. EaaS mitiga ese problema al hacer más fácil y rápido generar ambientes virtuales de QA y de testeo, lo que permitirá detectar y evadir problemas en producción y cuellos de botella. Los desarrolladores pueden crear y eliminar con un par de clicks ambientes prácticamente idénticos a los de producción, con lo que se reducirán las sorpresas en las aplicaciones una vez implementadas.
- Facilidad de implementación y modernización: El ritmo de innovación en las empresas aceleró con fuerza en los últimos dos años y muchas tecnologías que antes eran de vanguardia ya están pasando a ser un piso mínimo para operar de forma competitiva. Muchas organizaciones no cuentan, sin embargo, con el talento o los recursos para integrar estas innovaciones en su operación, especialmente cuando nuevas alternativas potencialmente beneficiosas aparecen todos los años. EaaS permite a las compañías desligarse de las preocupaciones ligadas a entender e implementar estas novedades, para dedicarse a tareas más beneficiosas para el negocio.
Las soluciones EaaS ayudan a las empresas que están intentando mejorar sus ciclos de desarrollo (o sea, prácticamente todas) a cumplir sus objetivos en menor tiempo y entregar software de calidad y de vanguardia, sin disparar demasiado los costos. Uno de sus elementos más atractivos es que integrar innovaciones o cambios, migrar la información o modificar por completo la información es fácil y rápido, por lo que otorgará a las organizaciones la flexibilidad necesaria para enfrentar los frenéticos cambios tecnológicos que el futuro pueda deparar.
