La Comisión Europea propuso el miércoles reglas para hacer que las empresas digitales paguen a los países del bloque una parte “justa” de los impuestos, sobre todo en el caso de gigantes tecnológicos como Google, Facebook y Amazon.
Según el plan de la Comisión, las empresas con importantes ingresos digitales en Europa podría llegar a pagar hasta 3% sobre su facturación de varios servicios en línea.
Si se aprueba el proyecto, el impuesto se aplicaría a las grandes empresas con ingresos anuales superiores a los 750 millones de euros ($921 millones de dólares) o con ingresos anuales “imponibles” en la Unión Europea (UE) por encima de los 50 millones de euros.
El impuesto, diseñado como una medida a corto plazo antes de que la UE encuentre una manera de gravar las ganancias de estas compañías en función de dónde hacen negocios, también podría abarcar otras firmas estadounidenses de alto perfil como Airbnb y Uber.
El mismo está diseñado para aplicarse a actividades en las que los usuarios desempeñan un papel en la creación de valor, ya sea a través de publicidad en línea, como en los motores de búsqueda o redes sociales, mediante el comercio en línea o en la venta de datos sobre los usuarios.
Esta propuesta surge en medio de un escenario en el que Estados Unidos “desestabiliza” a Europa con su propia reforma tributaria, tras la amenaza de una guerra comercial. Lo anterior, aunado a la salida a la luz de informes que ponen en el ojo del huracán a Cambridge Analytica tras acceder a datos de usuarios de Facebook para ayudar al presidente Donald Trump a ganar las elecciones de 2016.
En esa línea, la propuesta es gravar a las empresas de acuerdo con el lugar en el que se basan sus usuarios digitales. Ahora bien, la propuesta requiere del respaldo del Parlamento Europeo y de los 28 países de la UE, los cuales están divididos con respecto al tema, ya que los grandes estados de la UE acusan a las firmas tecnológicas de pagar muy pocos impuestos en el bloque al enrutar parte de sus ganancias a estados miembros con bajos impuestos, como Irlanda y Luxemburgo.
No obstante, representantes de las compañías tecnológicas estadounidenses han dicho que están pagando impuestos de conformidad con las leyes nacionales e internacionales y, en algunos casos, que el impuesto debe pagarse en los Estados Unidos por las ganancias repatriadas allí.
