El día llegó. A partir del 1.º de abril, BMC no solo empieza un nuevo año fiscal, sino que lo hace dividida en dos empresas con la finalidad de ofrecer mayor agilidad, rapidez y profundidad en la atención de sus clientes.
La primera compañía conservará el nombre e incluirá las unidades de negocio de Optimización y Transformación Inteligente Z (IZOT, por sus siglas en inglés) y Automatización de Negocios Digitales (DBA); la segunda se llamará BMC Helix y tendrá el negocio de gestión de operaciones y servicios digitales (DSOM).
Anunciada en octubre pasado, la creación de ambas empresas independientes, hasta ahora bajo el mismo propietario (la firma de inversión global KKR), ocurre porque “creemos que hemos alcanzado el tamaño y la escala lo suficientemente grande como para que sea realmente difícil ir más rápido de lo que vamos”.
Así lo explicó el nuevo vicepresidente (VP) de Lanzamiento de mercado (GTM, por sus siglas en inglés) para América de BMC, Jon Harmon, quien adelantó que la empresa tendrá un papel más relevante entre sus clientes de cara al futuro.
“Alcanzamos un punto en el que, para innovar más rápido dentro de nuestras líneas de productos, en el laboratorio, para avanzar a mayor velocidad y llegar al mercado para satisfacer las necesidades del cliente, es necesario separarlas”, apuntó.
América, la región donde esperan más crecimiento
En entrevista conjunta, el director general para América Latina (AL) de BMC Software, Celso Rodrigues, aseguró que “América es donde esperamos el mayor crecimiento. Tenemos grandes cuentas en Estados Unidos y en AL. Hay un gran mercado afuera y bajo esta configuración podremos crecer rápidamente”.
A tres años de haber asumido su posición, Rodrigues celebró resultados como una mayor cercanía con los clientes e incluso haber logrado que se vuelvan su mejor carta de ventas, sin dejar por el otro lado de sumar nuevos. “Fuimos la región, a nivel global, que trajo más logos [empresas] a BMC”.

El director general para AL de BMC señaló que la región destaca incluso del mercado estadounidense en el número de empresas emergentes que innovan. “La cantidad de startups que tenemos en América Latina, apalancadas por todas las tecnologías, la nube, la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés), es increíble. Y veo a muchos negocios invirtiendo dinero en ellas”.
En términos de AI, si bien en tamaño de mercado, la región no se compara con Estados Unidos, de acuerdo con Rodrigues, en adopción se acerca bastante.
Por su parte, Harmon coincidió en que la adopción de AI en los países latinoamericanos ayuda a la región a recortar la distancia con otras economías. En su visión, es una tecnología que deberá adoptarse sí o sí y que implicará un cambio de mentalidad. “Definitivamente, la AI será uno de esos factores que la empujarán”.
En el caso específico del país, ambos ejecutivos se mostraron optimistas y por encima de la relación actual con Estados Unidos. “México será clave. La forma en la que lo vemos en los próximos 10 años con respecto a ahora y contra hace una década… Hay una razón por la que tenemos muchos planes”, indicó Harmon.
BMC, para la división, se centra en las personas
La separación de BMC no ha sido fácil, reconoció Rodrigues, y no por la división de tareas y especialistas, sino por los roles gerenciales del go-to-market y el back office.
Sin embargo, la compañía “lo ha hecho de una manera hermosa, priorizando a las personas. La forma en que lo organizaron, lo gestionaron —puedo decirlo— fue sorpresiva porque ocurrió sin problemas”.
Sobre el equipo en América Latina, tras la división, apuntó que aumentará. “Nuestro deseo es seguir creciendo”, afirmó.
“Nos dará mucha libertad y agilidad”
Harmon, quien hasta marzo de 2025 fue el vicepresidente global de Automatización de negocios digitales de BMC Software, apuntó que “las cargas de trabajo más críticas del planeta se ven afectadas de una forma u otra por algo de nuestra cartera”.
A pesar de que su portafolio se divide en tres, de la separación resultarán dos negocios: uno de mainframe y automatización; otro, de inteligencia artificial para operaciones de IT (AIOps, por su acrónimo en inglés).
“Cuando eres una gran empresa como BMC, con tres grandes segmentos de cartera, a veces tomas una decisión que podría ser bien intencionada para una parte del negocio. Pero, quizás, no sea la correcta. Es muy difícil tomar una decisión única”, comentó.
Y aunque “las cifras de crecimiento son fantásticas”, señaló que el objetivo principal de esta división es que “nos dará mucha libertad y agilidad para realizar algunas acciones necesarias para avanzar más rápido. Es la mejor manera de gestionar la empresa, por partes. Nos resultará mucho más fácil operarlas”.
Lo realmente interesante, agregó, es “una vez que logremos un poco más de flexibilidad y seamos un poco más ágiles, ¿a dónde llegaremos? Este tipo de agilidad nos permitirá avanzar tanto orgánica como inorgánicamente en nuestra hoja de ruta para el futuro”.
Lo que el cliente pida
La división de BMC también ha tenido buena respuesta entre los clientes de la compañía. Según Rodrigues, al hablar del tema “ la mayoría reacciona muy bien, son optimistas. Dicen: ‘Es bueno porque traerá mayor enfoque a donde estamos’”.
En palabras del ejecutivo, el cambio es una evolución de una atención genérica a una más especializada. “Si piensas en nuestro equipo de ventas, queremos asegurarnos de que pueda profundizar en los problemas de los clientes y brindar una mejor solución rápidamente”, afirmó Rodrigues.
Harmon señaló que la separación les permite volver a uno de los principios sobre los que BMC se fundó: la orientación al cliente. Son ellos, dijo, quienes tienen las grandes ideas y nos guían.
“Los clientes esperan que sepamos qué les importa y qué buscan lograr. Esperan que elevemos nuestro mensaje. La forma en que interactuamos con ellos. Y estamos hablando de las cargas de trabajo más críticas del planeta. Así que confían, o necesitan confiar, en lo que hacemos”, concluyó.