Todavía sin respuestas a todas las interrogantes que deberán enfrentar en los meses por venir, son muchos los directivos de Sistemas y Seguridad que advierten un panorama donde su labor será dual: conducir al equipo a la nueva realidad con medidas de protección y mantener un alto porcentaje de empleados productivos operando remotamente.
A inicios del 2020, el coloso francés de los centros de contacto, Teleperformance, ya contemplaba el trabajo remoto. El plan era “sacar de la oficina” a un porcentaje importante de sus empleados a nivel global. Esa misión le había tocado en suerte a José Antonio Güereque, director de Sistemas de la compañía en México, quien indicó, en una mesa de discusión en la que participé recientemente, que en menos de cuatro días consiguió superar el objetivo con creces, y solo con la plana de trabajadores de México.
Carlos Marmolejo, director de Innovación de Banco Santander, también comentó que buena parte del personal del corporativo no volverá a las oficinas. Habrá un modelo híbrido. “Nos hemos dado cuenta de las ventajas del trabajo remoto. Aun cuando tuvimos que desplegar mayor capacidad de nuestra VPN y asegurarnos de la disponibilidad de buenas conexiones en los domicilios de los empleados, el plan de contingencia funcionó y no hubo mayores contratiempos. Tuvimos la fortuna de tener la tecnología lista para desplegarla a tiempo y ayudó que el corporativo está en España para prepararnos un poco antes. El banco se anticipó al trabajo en casa, una semana antes de que se suspendieran las clases en las escuelas”, comentó Marmolejo.
De regreso a la nueva realidad, el ejecutivo añadió que desaparecerán las oficinas de los ejecutivos para ampliar los espacios y separar más a las personas. Si esto funciona bien, por el hecho de compartir lugares, quizá ocupen menos edificios, pero eso será una siguiente ola.
El desafío de la productividad
Los nueve directivos IT participantes en la mesa redonda coincidieron no solo en el logro de desplegar escritorios virtuales y extender su VPN para habilitar el trabajo remoto sin contratiempos, sino también en registrar un pico en la productividad en los primeros meses de la pandemia.
Marmolejo abundó: “Aumentó la productividad de los ejecutivos de niveles medios a altos, a un ritmo tal que ya no se respetaban horarios. Estamos replanteando y buscando un mayor respeto a los empleados para no abusar, porque incluso hasta sábados y domingos se hacían juntas. Fue el efecto de la adrenalina, por un lado, y el hecho de entrar a una crisis, que te pone más alerta. Los ejecutivos trabajamos más, pero en esta normalidad tenemos que evaluar el modelo híbrido donde unas personas estarán presencialmente y otros en casa. La verdad es que el desafío hacia adelante será medir la productividad, sobre todo a niveles de staff.”
Marisol González Gaona, de Izzi, Humberto Padilla, de La Comer, y Elías Arizpe, de Banregio, coincidieron también en la necesidad de establecer nuevos parámetros para restablecer el equilibrio entre trabajo y tiempo libre en el ámbito del home office, y externaron su preocupación por encontrar nuevos esquemas para obtener productividad sin alterar la privacidad de los empleados.
“Yo ya no quiero volver a mi oficina”, dijo convencido Güereque, quien vive en las montañas a las afueras de Monterrey. Y añadió: “Al principio me sentía un poco frustrado, pero ya encontré incluso la manera de darme tiempo para hacer ejercicio en horarios antes inusuales. Disfruto de mi jardín, de comer en casa y estar acompañado de mi familia.” En cuanto a la productividad, Güereque dijo no tener ningún problema, dado que ya existen herramientas de medición muy confiables en el segmento de los centros de contacto. “Además, creo que hoy los empleados están más comprometidos que nunca. La crisis económica, que estamos apenas vislumbrando, hará que las personas cuiden como nunca su trabajo.”
Los recortes, sin embargo, no se harán esperar. Ya la presión está sobre todas las áreas y los departamentos de IT seguramente no serán la excepción. Algunos afortunados, como Marmolejo, no verán afectados sus planes originales de innovación, pero quizá no inventen nada adicional este año.
Es de esperarse que lo mismo suceda a lo largo y ancho de industrias que ya se dieron cuenta que sin la digitalización no habría sido posible superar la coyuntura.