Hay una gran fisura por la que se está derramando mucho dinero en todo tipo de organizaciones: la nube pública.
El uso empresarial de esta tecnología o grupo de tecnologías y servicios vivió una explosión durante el primer año de pandemia. Solo en el primer trimestre del 2021, el gasto en cloud superó los $41 mil millones de dólares, un crecimiento de 35% respecto al año anterior.
Y no es para extrañarse: la nube permitió habilitar la digitalización y el trabajo remoto, de forma rápida y con una inversión inicial baja para empresas que de otra forma probablemente hubieran desaparecido. El problema llega junto con la cuenta mensual de nube mes a mes. Los costos pueden escalar tanto y tan rápido que muchas compañías ya están pensando en regresar su infraestructura hacia los centros de datos tradicionales.
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