Sin querer, el que escribe acudió hace un par de semanas a la primera función en San Francisco (California, Estados Unidos) de la ópera The (R)evolution of Steve Jobs.
No fue por invitación, ni mucho menos por un viaje para dicho propósito. Coincidió la visita a dicha ciudad con la ocasión y bastó con buscar boletos un día antes para encontrar un lugar en la War Memorial Opera House de San Francisco.
Incluso, se pudo elegir lugar entre los 3,146 asientos de la sede, repartidos en cuatro niveles con una variedad de precios: desde los $33 hasta los $327 dólares, más impuestos.
La función no se llenó en su totalidad —las últimas filas tenían lugares—. Tampoco fue el gran acontecimiento de la ciudad. No hubo alfombra roja, ni reporteros en cobertura o un momento de introducción o cierre especial.
Eso sí, al término de la función subieron al escenario sus creadores, el músico Mason Bates (Philadelphia, Pennsylvania, 1977) y Mark Campbell, uno de los principales libretistas de ópera de Estados Unidos (EU).
Quien escribe no se atrevería a asegurar si fue o no un éxito, dado que fue su primera vez no solo en un estreno de ese tipo (ópera), sino en la propia sede. Pero se permite compartir algunas humildes impresiones como simple espectador, con el descargo de no ser experto del género.
Primera vez en California
La función a la que se acudió fue la del pasado viernes 22 de septiembre, la primera de seis funciones (hasta el próximo 7 de octubre) de una corta temporada en San Francisco, ciudad natal del cofundador de Apple, que marca también el debut de esta ópera en California.
Originalmente, estaba planeado que se presentara en junio de 2020, pero la pandemia retrasó su estreno en el estado que alberga Silicon Valley, la localidad más tecnológica del territorio estadunidense.
Detalles generales
The (R)evolution of Steve Jobs no es nueva. El estreno mundial tuvo lugar en la Ópera de Santa Fe (Nuevo México, EU) en 2017, bajo la dirección de Michael Christie.
Desde entonces siete diferentes compañías y múltiples producciones la han presentado. En 2019, ganó el premio Grammy a la mejor grabación de ópera.
A lo largo de 18 escenas, un prólogo y un epílogo sin intermedio (una hora y 40 minutos) se muestran momentos relevantes de la vida de quien fuera CEO de Apple: desde 1965, cuando tenía 10 años, hasta 2011, año en el que falleció.
Además de Steve Jobs, joven y adulto (John Moore), en la historia aparecen su compañero en la fundación de Apple, Steve Wozniak (Bille Bruley); su mentor espiritual Kōbun Chino Otogawa (Wei Wu), su viuda Laurene Powell Jobs (Sasha Cooke —con una voz impresionante—); su exnovia, además de madre de su hija, Chrisann Brennan (Olivia Smith), y su padre Paul Jobs (Joseph Lattanzi).
Una orquesta integrada por 65 músicos, dirigida por Michael Christie, además de 24 coristas y dos supernumerarios complementan el espectáculo cuya principal escenografía son seis bloques con pantallas blancas, arrastradas por un casi invisible staff —por un momento parecía que estaban automatizadas—, en donde se proyectan las imágenes de todas las ambientaciones.
¿Qué esperar de The (R)evolution of Steve Jobs?
Aún con varios momentos cómicos y la posibilidad de verla subtitulada en inglés de principio a fin, la obra no deja de ser una ópera. Es decir, no se trata de un musical en el que la historia sobrepasa la música.
De hecho, es un error creer que The (R)evolution of Steve Jobs es una pieza biográfica de la vida del legendario padre del iPhone, como quizás sí se ha visto en el cine, mucho menos una apología.
Si bien aparecen momentos como la presentación del teléfono inteligente —jamás se menciona “Apple” o “iPhone”— o su enlace matrimonial, se ve en el personaje principal un hombre que niega a su hija y maltrata a la madre o que exige de mala forma plazos imposibles a sus empleados.
El título de la obra es un juego de palabras en donde la “(r)evolución” de la que habla no apunta hacia las consecuencias que su gran innovación provocó en el mundo actual, sino en el conflicto interno y el crecimiento personal basado en el budismo zen.
El propio programa de la obra —una revista impresa de 67 páginas— advierte que la obra está inspirada en la vida y el espíritu creativo de Steve Jobs, pero “no pretende representar eventos reales tal como ocurrieron ni declaraciones, creencias u opiniones de las personas representadas”.
La ópera no cuenta con autorización ni respaldado de Apple, la familia de Jobs, ni por ninguna de las personas representadas, agrega.
¿Vale la pena?
Con todo lo anterior, se trata de un espectáculo que —al parecer de quien escribe— merece una oportunidad, aún cuando no se es fan de Steve Jobs. Se trata de una buena producción, un elenco talentoso, una historia atractiva y una música electrónica que los expertos en ópera han elogiado.