Desde finales de agosto pasado, Grindr busca un director corporativo de Comunicación, según un anuncio de trabajo en LinkedIn, en donde se define como una empresa de desarrollo de software.
La aplicación de citas para hombres que tienen sexo con otros hombres detalla que la posición se ubica en la zona de Los Angeles, California, donde tiene sus oficinas centrales, y que la modalidad de trabajo es hibrida.
Muy probablemente su proceso de selección va en tiempo, pero el que escribe se permitirá la licencia de sospechar, a partir del reciente escándalo de la aplicación más popular de ligue gay: la salida de casi 50% de sus empleados ante el cambio en su política de trabajo.
Según reveló la asociación Trabajadores de Comunicación de América (CWA, por sus siglas en inglés), alrededor de 80 de los 178 empleados fueron forzados a renunciar luego de que la compañía les exigiera presentarse al menos dos veces a la semana en alguna de sus oficinas —la que les correspondiera— en Los Angeles, Chicago, San Francisco o Nueva York.
La compañía contrató y mantuvo trabajadores en remoto hasta principios de agosto pasado, cuando anunció su política de regreso a la oficina, que dio a los empleados dos semanas para tomar una decisión: reubicarse para poder presentarse a la oficina o renunciar.
Lo anterior, seguramente, fue una 🚩 (bandera roja) para algunas de las más de 280 personas que enviaron una solicitud para competir por la posición en LinkedIn, mas aún cuando la denuncia de la CWA argumenta que “la dirección silenció ilegalmente a los trabajadores que intentaban hablar sobre sus condiciones laborales”.
Las tecnológicas y el difícil retorno a las oficinas
Lo de Grindr es quizás uno de los casos con consecuencias más radicales, pero no es la única compañía de tecnología que implementa el regreso a las oficinas.
Amazon, por ejemplo, lo ha hecho también de una forma forzada. Su CEO, Andy Jassy, dijo a finales de agosto pasado a los empleados que se unieran al plan de regreso a la oficina o que consideraran el empleo en otro lugar. Y aunque habló de su derecho a disentir, si no aceptan ir tres veces a la oficina, su carrera en la compañía podría no ser larga.
A inicios de septiembre, el mandato de volver al formato presencial de Meta, anunciado desde junio pasado, entró en vigor y exige que los empleados trabajen desde las oficinas al menos tres días a la semana.
A diferencia de Grindr, la empresa que dirige Mark Zuckerberg señaló que no afectará la lista actual de sus trabajadores remotos. Sin embargo, cualquier empleado asignado a una oficina deberá cumplir con las reglas.
Y quizás el regreso más irónico es el de Zoom, una de las aplicaciones más populares desde la pandemia por el trabajo a distancia, que también le pidió a sus colaboradores que regresen.
La firma dijo que creía que un “enfoque híbrido estructurado” era más efectivo y que las personas que viven dentro de un radio de 80 kilómetros de una oficina deberían trabajar en persona al menos dos veces por semana.
El inevitable trabajo híbrido
Nueve de cada 10 organizaciones en Estados Unidos planean regresar a la oficina para finales de 2024.Incluso, según un reporte de Resume Builder, 28% dice que amenazará con despidos a quien no acepte la política. Amazon y Grindr ya lo han hecho.
Sin embargo, el que casi desaparecerá es el trabajo remoto al 100% (solo 2% de las empresas). De acuerdo con el mismo informe, ir los cinco días a la semana no volverá como regla. El trabajo híbrido se consolida.
La transición implica una nueva adaptación en los equipos. A Grindr le ha salido mal, aunque la CWS sospecha que la política es más bien una respuesta a la creación del sindicato de trabajadores de Grindr. Otro asunto que tecnológicas como Amazon también enfrentan.
La persona valiente que acepte la oferta de trabajo de Grindr no solo deberá generar una estrategia de comunicación que reconcilie con los empleados, sino acostumbrarse al control de crisis, pues la compañía —quizás por su popularidad— no deja el escándalo. Habrá que ver si esos momentos no la o lo hacen ir más días de los que planea asistir a la oficina.