Wikipedia bloqueó sus versiones en español e italiano, en protesta por la reforma de la ley de derechos de autor en la Unión Europea. A través de un comunicado en su página web, el portal indica que mantendrá la restricción de acceso a sus contenidos hasta el 5 de julio a mediodía, cuando se vote el texto en el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
La propuesta de reforma sobre derechos de autor ha desatado polémicas en asociaciones de creadores, empresas discográficas, compañías como Google o Facebook, activistas de la libertad en internet y académicos, quienes llevan meses defendiendo sus argumentos a favor o en contra de la reforma.
Se ha llegado a hablar que esta reforma podría “romper internet” como la conocemos.
La comunidad española de Wikipedia indicó que si se aprueba la propuesta “dañaría significativamente” el internet abierto que hoy se conoce, que se vería amenazado mediante nuevos filtros, barreras y restricciones para tener acceso a la información. “Incluso, la propia Wikipedia estaría en riesgo”.
En Italia, Guido Scorza, docente, abogado y periodista italiano, consideró en su blog que la propuesta acerca de derechos de autor es inmadura, porque mina algunos valores fundamentales que son base del ordenamiento europeo, como los que se refieren a que cuando se discute acerca de derechos y libertades no puede haber espacio para ningún tipo de “justicia privada”, máxime si está dirigida a aplicarse vía automatizada a través de robots más o menos inteligentes, mientras que ese tipo de decisión corresponde exclusivamente a los jueces y a la autoridad.
“Ante la exigencia de tutelar bienes preciosos como la creatividad, la cultura o la información, no es imposible pensar que hay que lograr soluciones individuales, modernas y eficaces: Basta pensar que el día de mañana serán los filtros utilizados por los gigantes de la red para definir qué es lícito o no en Internet, en vez de que las decisiones sean valoradas por los jueces especializados en los temas”.
La reforma ha generado grandes controversias en torno a los artículos 11 y 13 acerca del derecho de los editores de medios a cobrar a terceros que se usen fragmentos de sus publicaciones y la creación de un filtro frente a la agregación de contenidos que violen los derechos de autor.
Mientras que los artículos 14, 15 y 16, que refuerzan a los autores frente a los intermediarios que gestionan sus obras (como productores audiovisuales, discográficas o editores) tienen un poco más de consenso. La UE pide más transparencia, una retribución más justa para los creadores y proporcionarles más facilidades para llegar a un arbitraje o retirar los derechos de explotación en el caso de no estar conforme con la gestión del intermediario.