El Red Hat Summit 2020 no es el primer evento tecnológico que se pasa 100% a digital en el contexto COVID-19, pero sí es uno de los más masivos que se han realizado hasta ahora. La empresa aprovechó los 70,000 registrados para presentar una actualización robusta a su familia de contenedores OpenShift, un nuevo servicio de administración avanzado para Kubernetes y la capacidad de desarrollar y gestionar máquinas virtuales con mayor facilidad. La ocasión sirvió también para pensar el mundo empresarial y tecnológico post crisis sanitaria, y la conclusión de los directivos de Red Hat fue clara: la nube híbrida llegó para quedarse.
Desde la comodidad de su hogar, Paul Cormier, el nuevo CEO de Red Hat, exploró en detalle la historia de conceptos como el código abierto, la nube, y la virtualización: narrativas imbricadas profundamente en el ADN de la compañía, nacida en 1993. Cormier destacó cómo ideas que solían no ser muy populares ahora son parte fundamental de la vida de las personas, y el largo camino que el código abierto ha seguido para transformarse en uno de los estándares más exitosos en la tecnología empresarial.
“Hace 10 años estábamos intentando convencer a las personas que el código abierto sería una gran alternativa para las empresas. Aún existían dudas como ¿es seguro?, ¿es suficientemente rápido”, comentó Jim Whitehurst mientras dialogaba remotamente con Cormier. Whitehurst fue CEO de Red Hat hasta hace muy poco, y actualmente se desempeña como presidente de su compañía madre, IBM. “Nos adelantamos. ahora todo el mundo está haciendo código abierto, todos quieren ser compañías open source”, complementó, al igual que hace un par de años en su visita a México.
Es dífícil hablar hoy, en cualquier contexto, de algo que no tenga que ver con la pandemia que asola a gran parte del planeta, y la edición 2020 del Summit no fue la excepción: ¿Cómo puede la tecnología acompañar a las empresas en la crisis? ¿Qué medidas deben trabajarse hoy para reconfigurar las organizaciones una vez que todo pase? ¿Dónde deberían estar poniéndose las inversiones IT para asegurar un futuro para el negocio?, fueron algunas de las preguntas que se repitieron durante la decena de sesiones, mesas redondas y keynotes que el evento de dos días presentó en las pantallas de los asistentes.
La respuesta, en muchos casos, fue que, más allá de las complejidades y particularidades, la estrategia tiene que ser abierta, multinube e híbrida. “La nube híbrida no es una tendencia. Es un imperativo estratégico, es el nuevo centro de datos. La nube híbrida abierta es lo que hemos estado construyendo en todas nuestras plataformas, por muchos años y es lo que entregamos a nuestros clientes ayer, hoy y mañana”, explicó Cormier en el keynote inaugural.
Paulo Bonucci, vicepresidente y director general de Red Hat América Latina, coincidió con estas afirmaciones, y agregó que es una tendencia sin camino de retorno, porque “abre a las compañías a manejar mejor sus workloads, a redefinir sus necesidades”. Consultado con respecto a la situación en México, Bonucci indicó que los clientes siguen con los proyectos de nube híbrida, algunos postergaron la consolidación hasta enero, pero las estrategias no caminarán en otra dirección. El ejecutivo advirtió, sin embargo, que hay que tener cuidado: “¿Será 100% abierta o tendrá componentes propietarios que puedan forzar un lock-in con un proveedor? Esa es la gran batalla que está ocurriendo en los mercados”.
OpenShift, virtualización y Kubernetes
Entre los anuncios más importantes, Red Hat presentó OpenShift 4.4, la versión más reciente de la plataforma de Kubernetes empresarial que ha vuelto a Red Hat una gran potencia en contenedores durante los últimos años. OpenShift 4.4 presenta una vista centrada en el desarrollador de las métricas de la plataforma y del monitoreo de las cargas de trabajo de las aplicaciones, la integración del monitoreo de Red Hat Operators y la administración de gastos para determinar los recursos y costos utilizados en aplicaciones específicas en toda la nube híbrida, entre otros.
También en relación con Kubernetes, la compañía presentó una característica de administración avanzada de clusters, que intenta hacer frente a la complejidad creciente de ejecutar aplicaciones nativas de nube ente clusters distribuidos de Kubernetes a gran escala.
Finalmente, para gestionar máquinas virtuales junto con contenedores y serverless, Red Hat presentó OpenShift Virtualization, una plataforma que unifica las cargas de trabajo tradicionales y las nativas de nube. La intención es permitir que los clientes se transformen digitalmente sin tener que acelerar demasiado su ritmo, y sin quedar casados con un proveedor específico. Esto especialmente importante pues el coronavirus está forzando a muchas empresas a saltar a modelos remotos y de nube, lo que puede generar una creciente deuda técnica que las empresas deberán enfrentar una vez que pase la crisis.
Con respecto a lo anterior, Sebastián Cao, CTO de Red Hat en América Latina, comentó en entrevista que el apego a estándares, parte fundamental del código abierto de Red Hat, es clave para evitar cualquier deuda técnica, incluso en organizaciones que cuenten con una infraestructura profundamente legada. Quedará esperar al final de la crisis global para comprobarlo.