El Internet de las Cosas (IoT) es una de las tendencias que más rápido está creciendo en los últimos años. Las estimaciones más optimistas predicen que para el 2020 un 95% de todos los nuevos productos utilizarán de una u otra forma IoT y cada vez más organizaciones están sumándose a dinámicas de producción enmarcadas en Industria 4.0.
Desplegar IoT en una empresa, sin embargo, no es nada fácil. El internet de las cosas es un tecnología multidisciplinaria, que exige personal capacitado en conectividad, machine learning, administración cloud y hardware, entre otras habilidades. A eso se suma la necesidad de integrar todos los elementos en una herramienta que permita gestionarlos de forma fácil, y móvil: ahí es donde entran las Plataformas IoT.
En pocas palabras, una plataforma IoT es el software capaz de conectar todo en un sistema IoT. Según IoT for all esto consiste de:
- Hardware: como sensores o dispositivos, que recolectan información del entorno (detectar cuándo hace falta cambiar la pieza de un máquina) o desempeñan acciones en el mismo (cambiar la temperatura ambiente para mantenerla dentro de márgenes predefinidos).
- Conectividad: el hardware necesita una forma de transmitir toda esa información a la nube, así como también un camino para recibir órdenes desde la nube. En algunos sistemas IoT puede existir también un router o gateway intermedio entre los dispositivos y la nube: ahí entra a operar, por ejemplo, el Edge Computing.
- Software: por lo general el software de un sistema IoT completo está en la nube y es responsable de analizar la información que está enviando el hardware con el objetivo de tomar decisiones.
- Interfaz de usuario: a fin de que todo lo anterior tenga una utilidad real debe existir un método para que los usuarios interactúen con el sistema IoT, sean capaces de monitorearlo y tomar decisiones a partir de la información que ahí consiguen. Este es el punto donde se genera potencialmente más valor al negocio.
Las plataformas IoT son el software que conecta todos los puntos anteriores, a esto se le conoce como la Cadena de Valor de IoT. Una plataforma IoT facilita la comunicación, el flujo de la información, la administración de dispositivos y la funcionalidad de las aplicaciones. Si se toman en consideración los distintos tipos de hardware disponibles, tanto de conectividad como sensores, se vuelve indispensable una herramienta que permita realizar cambios, escalar la operación y responder a incidentes de forma centralizada: ese es el rol que intentan cumplir estas plataformas.
En tanto sistema de sistemas la plataforma IoT ayuda a conectar y hacer fluida la comunicación entre el hardware; manejar los diferentes protocolos de software y hardware, proveer seguridad para dispositivos y usuarios; recolectar, visualizar y analizar la información que los sensores y dispositivos reúnen; e integrar todo lo anterior en un servicio web.
Si una organización se especializa en manufactura, por ejemplo, y quiere transformar su maquinaria en dispositivos smart e integrarlos a un sistema IoT, puede contratar desarrolladores de software para hacer todo lo mencionado anteriormente in-house. Los costos y tiempos de esta acción pueden ser —sin embargo— muy elevados o lentos para las necesidades de las empresas. Las plataformas IoT presentan una alternativa más rápida y menos costosa para llegar a resultados similares y que no afecten al CapEx, ya que utilizan modelos de suscripción escalables según las necesidades.
Pero hay otro lado de la moneda. El tiempo que las plataformas IoT ahorran puede ser más costoso en el largo plazo, dependiendo de su valor. Su modelo de negocio suele ser un cargo de suscripción con base en el número de usuarios del sistema. Las empresas que estén analizando sumarse al IoT deben evaluar y equilibrar estos gastos para llegar a la estrategia de despliegue óptima.
Muchos actores, poca distribución
Según el más reciente IoT Platforms Market Report, el mercado de plataformas IoT aún está muy fragmentado. Existen más de 450 vendedores, los líderes crecen a un ritmo del 50% y la mayoría de las plataformas se enfocan en la industria 4.0. Esto está próximo a cambiar gracias a las fusiones y compras que concentran más el mercado. El 2017 se realizaron 17 acuerdos de Merge and Acquisition, por lo que los actores que habían disfrutado del dominio en el mercado podrían comenzar a ver competidores más fuertes en los próximos años.
Actualmente quienes se llevan las tajada más grande del pastel son empresas que ya poseen un liderazgo importante en cloud, una de las tecnologías indispensables para habilitar cualquier plataforma IoT. Las soluciones Iot dominantes en la actualidad son las de Amazon Web Services, Google Cloud IoT, Microsoft Azure IoT Suite, SAP Cloud Platform for the IoT, Salesforce IoT, Oracle IoT, Cisco IoT Cloud Connect, Bosch IoT Suite e IBM Watson Internet of Things.
En general hay más ofertas de plataformas IoT con enfoque en Enterprise/Business que en IoT de consumo. El empuje de la Industria 4.0 está presente, como era de esperarse, en esta distribución: 32% de las compañías ofrecen soluciones para el segmento de Manufactura, le sigue de cerca Ciudades Inteligentes, con 22%.
Según el reporte, este es un mercado con el potencial de alcanzar un valor de $22,000 millones para 2023.
¿Cómo elegir una plataforma IoT?
Con una oferta tan fragmentada y un mercado en constante evolución, puede ser difícil decidirse por la solución que mejor responda a las necesidades de la organización. De acuerdo a Link Labs, existen tres puntos principales que hay que resolver antes de lanzarse en un proyecto de este tipo:
- Presupuesto, habilidades de desarrollo y capacidades in-house. Si bien muchas organizaciones quisieran optar por la alternativa más lujosa, muchas veces los presupuestos y el equipo no lo van a permitir. Es fundamental considerar primero que los costos publicitados por los proveedores no son siempre los más honestos, existen muchas veces tarifas introductorias o modelos base que van a requerir nuevas funcionalidades, estas no serán gratuitas.
El costo de las licencias para la plataforma es solo el comienzo, será necesario analizar cuánto cuesta la integración, los consultores necesarios para la implementación (o si existe alguien en el equipo capaz de asumir este rol) e incluso los desarrollos necesarios para generar una relación armónica entre la infraestructura existente y la nueva. - El modelo de negocios y sus necesidades específicas. La ecuación es simple: para extraer dinero de un sistema hay que agregar valor en alguna parte, la plataforma IoT (y cualquier solución) no es una máquina de imprimir billetes. Es necesario tener claridad respecto a qué es lo más valioso en la cadena de valor y concentrarse ahí, para después detectar qué plataformas son las que mejor se adaptan.
En este punto se vuelve también importante considerar el modelo de negocio de las plataformas IoT. ¿Cómo están cobrando el servicio? La mejor plataforma IoT será la que sume valor al modelo de negocios de la empresa, no una que genere conflictos con el mismo a cada paso. - ¿Tiempo o dinero? Las organizaciones deben preguntarse si están intentando ahorrar dinero o ahorrar tiempo. Las plataformas que ofrezcan lo segundo probablemente van a costar más en el largo plazo; pero las plataformas que estén enfocadas en el ahorro de costos serán muy posiblemente más difíciles de implementar e integrar, por lo que afectarán el tiempo.
En suma, este es un terreno escabroso, en constante evolución y en donde aún es difícil elegir una solución ideal; pero si las proyecciones están aunque sea medianamente en lo cierto, será un proceso que mientras antes se inicie mejores perspectivas de aprovechamiento podría generar a futuro.