Más y más CIO están descubriendo que tomar decisiones a nivel de sistemas, arquitecturas, procesos y proveedores son las tareas fáciles. Las difíciles son aquellas en que deben cambiar la mentalidad de la organización completa para ver el mundo a través de un lente distinto, como en el caso de Agile. Esta es una de las tesis que Duena Blomstrom, emprendedora serial, directora ejecutiva de PeopleNotTech, y autora del libro “Emotional Banking: Fixing Culture, Leveraging FinTech and Transforming Retail Banks into Brands”, desarrollará con mayor fuerza en el keynote inaugural de IT Masters Forum, el próximo 5 de marzo.
Para Blomstrom, Agile es primero una forma de pensar, y solo después una forma de trabajo. “Este principio es una condición indispensable alcanzar el éxito con cualquier tipo de cambio. En nuestro mundo de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, el trabajo de la gente es urgente y no puede esperar”, explica.
La conferencista, especializada en el mundo Agile, ha sido mentora de start-ups, Top Voice de LinkedIn, influencer, colaboradora de Forbes, blogger y creadora de los conceptos EmotionalBanking y MoneyMoments. La organización que fundó, PeopleNotTech, es un proveedor de soluciones de software que intenta revollucionar la organización de organizaciones que requieren encontrar el equilibrio entre la tecnología y la labor humana.
“A pesar del irónico nombre de la compañía que fundé (equivalente en español a “Gente, no tecnología”) no creo en la yuxtaposición de herramientas/software y el trabajo de la gente. Más bien ambas aproximaciones son necesarias: una no puede operar sin la otra. En otras palabras, simplemente hablar sobre las emociones, el crecimiento individual y las dinámicas de grupo es bueno y crea momentos mágicos, pero el real cambio duradero es cuando los hábitos y comportamientos son alterados. Eso solo puede realizarse con una mezcla entre una filosofía de trabajo clara y el uso consciente de software”.
Aquí es donde entra en acción la máxima “una forma de pensar antes que una de trabajar”. De acuerdo con Blomstrom, toda organización que no cambie profundamente —hasta su núcleo— y se vuelva Agile en su mente y corazón, fallará sin ninguna duda. Especialmente si solo sigue ciegamente el camino predeterminado por una consultoría: el nivel de compromiso debe ser mayor.
“El fracaso no será inmediatamente evidente y puede quedar la impresión de que la organización en efecto está avanzando, hasta que las fracturas comiencen a ser evidentes. Esta dinámica puede ser suficiente para quienes simplemente quieran sobrevivir a un mandato específico y no tengan deseos de generar un cambio real. Pero quienes realmente entienden que Agile significa ‘mejor y más rápido, pero con las personas al centro’, querrán hacer hasta lo imposible para cambiar la mentalidad de todos y cada uno en la organización hacia la flexibilidad, la valentía y la pasión.
La conferencista explicará en detalle durante su conferencia cómo pueden las empresas alcanzar este objetivo, pero adelanta algunos puntos que serán fundamentales en su exposición:
- El trabajo de la gente es la fundación de cualquier cambio. Es más importante que cualquier otro elemento.
- No existe Agile sin un cambio radical en la forma de pensar de las personas.
- Trabajar con la junta directiva para que también se sume a este camino es esencial.
- Invertir en maneras de diagnosticar e incrementar la seguridad psicológica es la salsa secreta que Silicon Valley utiliza para seguir ganando.
- En un nivel individual, todos tienen mucho trabajo que hacer para crear la mejor versión de sí mismos: Agile es comparable a un gimnasio para la mente.
Finalmente, Duena Blomstrom asegura que el camino ágil no es para nada fácil, pero bastará una buena implementación para asegurar que todo el trabajo valió la pena.