La demanda de servicios online ha explotado y la infraestructura probó ser más resiliente y confiable de lo que nadie se imaginó. Si hay un sector que saldrá ganador de esta pandemia claramente es el de tecnologías de información, en especial las cinco Big Tech.
Eso no significa que no habrá un reacomodo entre las empresas “unicornio” y una consolidación entre los jugadores dominantes. El resultado: un nuevo paradigma de compañías IT similares a las empresas de servicios públicos, como la electricidad o el gas.
Los nuevos nombres en materia de colaboración remota, Zoom y Slack, han adquirido carta de naturalización en los negocios, a pesar de ser compañías de reciente creación y de que, en el caso de Zoom, se reportaron múltiples vulnerabilidades.
Los servicios de nube de los tres gigantes, Amazon Web Services (AWS), Microsoft y Google Cloud, mostraron su extrema capacidad de respuesta ante el pico sorpresivo en la demanda que se registró a partir de marzo, cuando las compañías optaron por proteger a sus empleados y, al menos con parte de su fuerza laboral, implementaron el trabajo remoto.
Algunos integradores de sistemas se mostraron sorprendidos con la capacidad de respuesta de AWS, por ejemplo, debido a su nivel de eficiencia en la configuración de nuevas instancias.
A propósito de Amazon, en su división de consumo anunció apenas a mediados de marzo la necesidad de contratar 100,000 nuevos empleados para atender el descomunal aumento de demanda derivado del cierre de todo tipo de tiendas minoristas y centros comerciales. Amazon no solo alcanzó la meta de nuevas contrataciones en los siguientes quince días, sino que anunció que sumaría 75,000 personas más.
Facebook, por su parte, ha visto incrementar su tráfico en 50% en los países más afectados por el virus. Su plataforma es útil para estar en contacto con familia y amigos, sin olvidar el entretenimiento.
Cuando de mantenerse informados sobre noticias, pruebas, avances, tratamientos y vacunas se trata, Google ha estado ahí para calmar nuestras ansias.
Por su parte, Apple ha mantenido productivas a las personas. En conjunto, estos cinco gigantes tecnológicos, Alphabet (el corporativo de Google), Amazon, Apple, Facebook y Microsoft, suman $570,000 millones de dólares en efectivo en sus estados financieros y sus acciones se ha cotizado por arriba del promedio del mercado desde finales de enero de este año.
Sin embargo, eso no significará que todos se beneficien por igual. Google podría registrar una caída de 18% en ingresos en el 2020, debido a la cancelación de la mayor parte de la publicidad relacionada con las industrias de la hospitalidad, los viajes y las compras. No hay que olvidar que Alphabet obtiene 83% de sus ingresos ($134,000 millones de dólares en 2019, para ser exacta) de Google Ads.
Esta enorme cantidad de dinero le permite financiar otros negocios, como su división X, que incluye robótica, vehículos autónomos y su compañía de ciencias de la vida Verily.
Waze, que Google adquirió por $1,300 millones de dólares en 2013, es otra empresa que se ha visto afectada por la pandemia, pues su principal fuente de ingresos también es la publicidad. Dado que en la mayor parte de los países está vedado circular a menos de que sea “indispensable”, la plataforma ha perdido la atención de los usuarios y, por ende, a cientos de anunciantes.
Sin embargo, como apunté líneas arriba, uno de los ganadores en este periodo será Google Cloud. Entre 2018 y 2019, la división de nube de Alphabet creció 53% y generó $8,900 millones de dólares en ingresos. Aun cuando es una porción muy pequeña del total para el holding, su rentabilidad puede hacerla tan preciada como lo es AWS para Amazon.
YouTube, también propiedad de Google, facturó $15,000 millones de dólares en 2019, contra $11,200 en 2018. YouTube aún está lejos de competir con contenido original frente a plataformas como Netflix o Amazon Prime. YouTube ha dicho esencialmente que gastó cientos de millones de dólares en contenido original en 2019, contra los aproximadamente $15,000 millones de Netflix gastados en contenido original y los $7,000 millones que Amazon invirtió en contenido de video y música el año pasado.
Asimismo, YouTube tiene 2,000 millones de usuarios mensuales, pero tan solo 20 millones de usuarios YouTube Premium y YouTube Music.
La crisis puede estarle mostrando a Alphabet el valor de profundizar su estrategia de diversificación para depender menos de la publicidad.
Los perdedores y los ajustes
Fundada en 2011 y con sede en San José, California, Zoom cotizaba al cierre de esta edición en 44.5 veces sus ventas del año fiscal 2021, algo que los analistas dudan se pueda sostener hasta el final del año, una vez superada la crisis. El precio de las acciones rondaba hoy los $150 dólares, un aumento de 119% en lo que va del año.
Sin embargo, se estima que el precio de las acciones de la compañía de videoconferencia será de $91.50 dólares al cabo de los próximos 12 meses. La razón: los problemas de privacidad y seguridad antes mencionados, que le han costado ser prohibido del sistema escolar de Nueva York y en Singapur.
Los analistas tampoco consideran que el aumento repentino en usuarios pueda ser capitalizado en ventas en el mediano plazo. A ello se suma la competencia de dos sólidos rivales, con excelentes relaciones corporativas y amplios portafolios de productos y servicios: Microsoft y Cisco. Microsoft Teams se está perfilando como la plataforma de preferencia para colaboración a distancia por su mayor confiabilidad.
Algunas start-ups y compañías unicornio, como se les llama a aquellas empresas privadas que alcanzan valuaciones de más de $1,000 millones de dólares, están ahora mismo en la cuerda floja. Con modelos de negocio que pierden dinero a perpetuidad, el Coronavirus probará ser más agresivo para muchas de las 450 (aproximadamente) unicornio del mundo. Los fondos de inversión de riesgo como Sequoia y Softbank han advertido a sus inversionistas privados sobre la inminente pérdida de valor de muchos startups, que ya antes de esta crisis mostraban sus debilidades. Las menos afectadas serán aquellas que no solo se dicen “tecnológicas” sino que realmente venden tecnología
Un caso latinoamericano que vale la pena mencionar es la unicornio colombiana Rappi. La empresa de entregas a domicilio y otras consignas, como los Rappifavores, consiguió en su última ronda de inversión —hace un año—, la friolera de $1,000 millones de dólares por parte de Softbank.
La restricción impuesta por el Covid-19 de quedarse en casa está beneficiando a Rappi. Además, la firma con presencia en siete países de América Latina se apoya en una plataforma robusta, que incluye inteligencia artificial, y tiene el potencial de ser adoptada por otras compañías.
El “quédate en casa” que ha beneficiado a Rappi está significando, en cambio, la tumba para otras unicornio, como Bird o Lime. Estas firmas ya estaban emproblemadas mucho antes de la explosión pandémica. Con la gente encerrada en casa, su supervivencia es incierta.
Finalmente, Airbnb se ha visto seriamente afectada por la imposibilidad de las personas de viajar. Es probable que posponga su salida a bolsa, programada para este año, pero tiene un negocio bien manejado, mucho flujo de efectivo, y un alcance mundial que es difícil de igualar.
Para concluir, las Big Tech harían bien en estos momentos en repensar su relación con los usuarios. Han abundado las denuncias en torno a su manejo de la privacidad de los datos, han trascendido escándalos de acoso sexual, maltrato a trabajadores y ha sido público cómo logran el estrangulamiento de sus competidores. En momentos de gran sensibilidad como estos, si las empresas no se encargan de limar sus asperezas, probablemente tendrán que ser los gobiernos los que salgan a regularlas.
Los proveedores de internet, conectividad, nube, entretenimiento y colaboración a distancia se están convirtiendo en las nuevas compañías de utilities del siglo 21. Si las empresas de telefonía, gas o electricidad tienen regulaciones estrictas y topes a sus utilidades ¿por qué no deberían tenerlo las Big Tech?