No hay garantía de que un servicio basado en API funcionará con otro. Las incompatibilidades persisten entre las API. Una aplicación móvil puede querer datos de una forma y otra de otro. La entrega entre servicios externos integrados en la misma aplicación puede tener problemas similares. Los desarrolladores se esfuerzan por eliminar estas dificultades a medida que organizan sus aplicaciones, pero los dispositivos cambian, las interfaces también e incluso las propias API sufren modificaciones de un momento a otro.
El reporte del estado de las API de 2016 publicado por Smartbear concluyó que 39% de las empresas quieren que sus aplicaciones trabajen juntas, y el 41% desea que sus apps de seguridad también lo hagan. Dicha interrelación es clave y una buena administración de API es la respuesta, aseguró en entrevista exclusiva con Netmedia, Michael Amundsen, director de Arquitectura de API Academy para CA Technologies.
Para Amundsen, las API son la red de distribución de servicios de negocio y en la última década “se han creado millones de rutas para el desarrollo de nuevos productos y servicios. Una buena administración de API debe responder ¿quién lo usa?, ¿cómo? y ¿cómo se conectan? Con esos datos debemos ser capaces de generar nuevos o mejores productos o servicios”, dijo.
El uso de API públicas creció 326% entre 2010 y 2013, según ProgrammableWeb. Esto significa que las aplicaciones empresariales, las aplicaciones móviles utilizadas por los consumidores y los socios comerciales, entre otras, están vinculadas a usuarios o servicios externos a través de una interfaz de programación de aplicaciones pública. Esa tasa de crecimiento se ha acelerado desde entonces.
¿Cómo pueden las API ser un catalizador de negocio? Según el entrevistado, la administración certera de estos ambientes es una fuente importante de “insights” para los IT Pro. “Es la puerta de entrada para atraer consumidores. Los directores de sistemas contarán con una interfaz que les permita conocer el comportamiento de los usuarios y convertirlo en productos segmentados por objetivos”, explicó.
Desde la perspectiva de CA, las API posibilitan que las áreas de negocio se enfoquen en sus respectivos nichos, e intercambien información entre sí, complementando datos para generar valor al usuario final. Además, permiten la conexión entre empresas, y que equipos y servicios de diferentes marcas se conecten de manera rápida y segura.
El lenguaje sí importa
Los desarrolladores o proveedores de plataformas de integración API deben lidiar con la complejidad en cuatro áreas: autenticación y autorización, descubrimiento de metadatos, soporte de datos masivos y sincronización de eventos.
A menos que adquieran la capacidad de manejar correctamente esas cuatro complejas áreas, los desarrolladores y los administradores de aplicaciones empresariales no podrán aprovechar “la eficiencia y la oportunidad que ofrece un ecosistema de aplicaciones sin fisuras y totalmente conectado”, destacó el evangelista independiente de API, Kin Lane, en su libro Business of API.
Otra fuente de complejidad se deriva del hecho de que, aunque REST o Representational State Transfer es uno de los estándar para componer API más utilizado, aproximadamente 15% de todas las API aún están compuestas en SOAP o Simple Object Access Protocol, según los datos recopilados en el informe publicado por Smartbear.
Los lenguajes para desarrollar las API son un tema que urge poner en la mesa. Existen opciones “más generales” que no modifican la interfaz, aun cuando haya cambios en servidores o clientes, explicó Amundsen. Eso ayuda a solventar los problemas de administración de las API.
API inteligentes
De acuerdo con Lane, las plataformas habilitadas por API invitan a una verdadera reflexión sobre cómo administrar la IT, porque se pasa de un mundo reactivo impulsado por procesos a un mundo proactivo empujado por la automatización.
Las API resultan muy útiles en los procedimientos de generación de informes, dado que la mayoría de las aplicaciones producen grandes cantidades de datos, que a menudo no son un activo explotado. Por lo tanto, los equipos IT deben construir un motor de reporteo dinámico, configurable por el usuario final, quien será la persona que entiende la naturaleza de los datos que necesita extraer.
En dicho universo, comentó el director de Arquitectura de API Academy para CA Technologies, la inteligencia artificial y el aprendizaje de máquinas hacen la diferencia ,“no por la inteligencia que entregan, sino por la capacidad que tienen para mejorar un proceso de automatización”.
De tal manera, los sistemas construidos sobre API tendrán la capacidad de avisar cuando estén saturados, que casi siempre ocurre por las noches. En ese momento, pueden construir las API para eliminar datos innecesarios a fin de reducir los costos.
Finalmente, Amundsen considera que el ecosistema de los servicios API comienza a crecer en el mercado mexicano y cada vez se verán más y más proyectos. “Es importante que las empresas trabajen para mantenerse en la vanguardia del mercado y de su competencia”, dijo.
