“Esta tecnología cambiará todo”, dijo Larry Ellison, CEO de Oracle, hace unos meses cuando anunció la Oracle Autonomous Database. Es usual en Ellison aportar con una cuota de espectáculo a cada nueva presentación de la compañía, pero las exigencias del contexto actual —con una competencia fortalecida y resultados por debajo de las expectativas en el segmento de cloud computing del último año— le dan una profundidad mayor a la frase.
Sin embargo, la declaración no cae muy lejos de las especificaciones. El nuevo producto de Oracle plantea cambios significativos para la forma en que las bases datos operan y se administran hoy en día, al integrar Inteligencia Artificial y Machine Learning en la nube para lograr un nivel de automatización que —según la firma— reduciría los costos a una fracción de los actuales.
“Si tomas una carga de trabajo de Amazon corriendo en Redshift y la mueves a Oracle, tu cuenta de Amazon va a bajar en 80%. Te costará cinco veces más operar con Redshift que con Oracle Autonomous“, explicó con bastante convicción el CEO. “Confiamos tanto en nuestra ventaja de costo por sobre Amazon que estableceremos acuerdos escritos con nuestros clientes, acuerdos que garanticen que al mover sus bases de datos a la nube de Oracle reducirán sus cuentas en la mitad o sustancialmente más que la mitad”, complementó Ellison.
Al entender cómo efectivamente funciona Oracle Autonomous Database esa afirmación no parece excesiva. La base de datos opera —en la nube— bajo cuatro pilares de automatización fundamentales:
- Auto-gestión: disminuye la posibilidad de error humano en operaciones como aprovisionar, asegurar, monitorear, respaldar, recuperar, y ajustas la base de datos. Obtiene actualizaciones y parches de seguridad por sí misma, sin interrupciones.
- Auto-escalabilidad: entiende cuál es el entorno de los datos y los requerimientos de los clientes, aprovisiona de forma anticipada y optimizado a las capacidades que la carga de trabajo requiere.
- Auto-reparación: Reconoce las anomalías y las corrige. Oracle está ofreciendo alrededor de esta función niveles de servicio de 99.995%, que equivalen a menos de 2.5 minutos por año.
- Auto-seguridad: la base de datos ofrece protección contra ataques tanto de forma preventiva como reactiva, y de usuarios tanto internos como externos.
Esto permite en primera instancia democratizar el acceso al servicio, poniéndolo a disposición de empresas que no cuentan con un área de IT tan sofisticada, y en segunda abaratar costos de operación en general y permitir la inversión en —por ejemplo— inteligencia de datos.
“La base de datos autónoma va entendiendo además los comportamientos tradicionales y optimiza su operación en respuesta,” explica en entrevista con IT Masters MAG José Luis Varela, vicepresidente de Tecnología de Oracle México. “Digamos que eso es lo más importante: una base de datos en la nube, de última generación, que se autogestiona, autoescala, autorepara y autoasegura aprendiendo a través de algoritmos de inteligencia artificial y machine learning”.
Este es el primer paso en una estrategia que espera llevar las capacidad de autoaprendizajes a una parte significativa de los servicios que Oracle tiene actualmente. El salto tampoco fue al vacío, la empresa lleva algún tiempo construyendo hacia la cristalización de esta solución. “Oracle a nivel de servicios de cloud viene ofreciendo hace tiempo algoritmos y características de predictibilidad para nuestros clientes, tradicionalmente para los aplicativos o inclusive con el administrador de análisis de información. Esta es la siguiente etapa a nivel de capacidades de autoaprendizaje y autogestión. Es un paso que nos enfoca hacia la modernización del datawarehouse”, explica Varela.
En efecto, en su más reciente reporte de resultados, Oracle informó que apunta a desplegar en los próximos meses ofertas autónomas en movilidad, analytics, desarrollo de aplicaciones e integración de servicios. “Nuestra suite automatizada de servicios PaaS reduce los costos al disminuir la labor humana y mejorar la seguridad y confiabilidad eliminando el error humano. Ningún otro proveedor de cloud tiene nada parecido”, indicó Larry Ellison en la llamada.
Este es un punto que aparece constantemente en las discusiones respecto a la inteligencia artificial. ¿Qué impactos tendrá en las empresas esta reducción de labor humana? ¿Cómo evolucionan los roles que hoy operativamente gestionan las bases de datos? Varela toma una postura constructiva al respecto. “Hay una expectativa nuestra de acompañamiento, en el que estos roles se transforman para agregar valor en las compañías. La idea es que permitan a las distintas personas que operan nuestras bases de datos a concentrarse en agregar valor a la información que tienen, a definir mejores esquemas de administración, a acompañar mucho más al negocio. Es una oportunidad: otorgales a los administradores el tiempo que necesitan para habilitar innovación”, concluye el ejecutivo.
Por otro lado, el movimiento de las empresas hacia la automatización es un proceso al que ya es muy difícil ponerle freno, por lo que las capacidades y la velocidad de adaptación se transformarán —una vez más— en una ventaja competitiva de alta relevancia. “Las empresas que hoy son más pequeñas, y que quizás hasta tienen una ubicación geográfica en la república donde quizás no lleguemos con la misma capilaridad que en las ciudades, tienen ahora la oportunidad de administración autónoma, con los mejores algoritmos de IA y Machine Learning, en la nube y con un costo accesible. La base de datos autónoma democratiza el acceso a la tecnología avanzada”, opina Varela.
El anuncio ha sido recibido con cierto excepticismo por el público, con algunos analistas incluso llamándolo “un lanzamiento mínimamente viable”, y remarcando que la evolución de la automatización podría no ser tan dramática como la empresa plantea. Después de todo, Oracle lleva una década trabajando en la predicción y la automatización, y esta nueva iteración del producto puede percibirse como un parche que extiende estas funcionalidades. Sin embargo, el compromiso de la compañía con la reduccion de costos es visto —en general— como un apuesta fuerte a las capacidades que el producto tiene, o por lo menos como una inversión hacia lo que podría llegar a transformarse.
La bolsa también ha sido implacable con Oracle. En un lapso de diez días las acciones de la compañía perdieron más del 11% de su valor. El 20 de marzo del 2018 fue el peor día de Oracle en la bolsa en los últimos cinco años, con sus acciones cayendo un estrepitoso 9%, a $47.05 dólares. Los analistas responsabilizaron principalmente a un crecimiento tímido en su división de software en la nube, y aún no ha existido un rebote en el valor: para los primeros días de abril las acciones se tranzaban alrededor de $45 dólares, y al momento de cierre de esta nota no han logrado regresar al precio que tenían antes de marzo, apenas alcanzando los $46.17 por acción. Sólo queda esperar cómo evoluciona el nuevo servicio de nube autónoma y si impacta positivamente en la valoración de la empresa.
Lo que es claro es que en esta tecnología que “debería cambiarlo todo” Oracle está jugando una parte importante de sus cartas para el futuro.