Intel anunció el jueves un acuerdo para adquirir la startup israelí Granulate, que desarrolla software de optimización continua en tiempo real, creada en 2018 por Assaf Ezra y Tal Sayag.
La semana pasada, el diario Haaretz —uno de los más importantes de Israel— había adelantado la compra, que según su fuente tiene un valor de $650 millones de dólares. El fabricante de chips no dio a conocer el monto de la operación.
Según el periódico, $100 millones de dólares eran para paquetes de indemnización y retención de talento de 70 trabajadores de la startup. “Los empleados están a punto de convertirse en millonarios”, expresó la fuente no identificada.
Intel, en su comunicado, informó que los 120 empleados aproximadamente de Granulate se integrarán a su área de Centro de datos e inteligencia artificial.
La empresa emergente ha recaudado unos $45 millones de dólares desde su creación y su última valoración fue de menos de 150 millones de dólares.
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Se espera que la transacción se cierre en el segundo trimestre de 2022, pues está sujeta a las condiciones regulares de estas operaciones.
Mayores alcances
El cofundador y director ejecutivo de Granulate, Asaf Ezra, comentó que como parte de Intel podrán ofrecer capacidades de optimización autónoma “a más clientes en todo el mundo y a expandir rápidamente su oferta con la ayuda de los 19,000 ingenieros de software”.
Creemos que, añadió Ezra, podemos ayudar a los clientes a lograr “reducciones de costos significativas y cinco veces el rendimiento en todas las cargas de trabajo”.
La vicepresidenta ejecutiva y gerente general del Grupo de Centros de Datos e Inteligencia Artificial de Intel, Sandra Rivera, destacó que la tecnología de la startup “se puede aplicar a las cargas de trabajo de producción sin que el cliente tenga que realizar cambios en su código, lo que genera un valor de hardware y software optimizado de centro de datos y nube”.
Una historia de tiempo atrás
La relación entre el gigante tecnológico y la compañía israelí comenzó a finales de 2019, cuando Granulate formó parte de la primera clase de graduados del Intel Ignite, el programa acelerador de empresas emergentes que aprovecha los recursos de Intel para ayudar a las empresas en etapa inicial a tener éxito.
Durante el año pasado, ambas empresas trabajaron juntos en virtud de un acuerdo comercial para colaborar en la optimización de la carga de trabajo en las implementaciones de Xeon.
“Esta colaboración dio como resultado mejoras en el rendimiento y reducciones en los costos para los clientes que utilizan nuestros procesadores”, señaló Intel.
