Ciudad de México. 17 de octubre, 2018.- Tres escenarios posibles se despliegan en el futuro de México respecto a cómo la Inteligencia Artificial afectará al país: el del rezago, en el que la economía se desaceleraría a niveles de crecimiento peores que los que tiene actualmente; el neutral, que no provocaría escenarios catastróficos inmediatos pero que impediría a México alcanzar el nivel de países desarrollados en el mediano plazo; y el positivo, que empujaría el crecimiento sobre el 4% los próximos 10 años y podría causar una revolución en todos los sectores productivos.
Esa es una de las conclusiones principales de Inteligencia artificial y crecimiento económico. Oportunidades y desafíos para México, un estudio desarrollado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y presentado hoy por Microsoft.
El documento hace primero un recorrido histórico por las cifras macroeconómicas que han acompañado el crecimiento del mundo en las distintas “revoluciones industriales” vividas hasta la fecha. La intención aquí es demostrar que los países líderes en la rápida implementación tecnológica crecen de forma mucho más acelerada que el resto del mundo. Fue el caso de Gran Bretaña durante la 1ª Rev. Industrial (1820-1865), el de Estados Unidos en la 2ª, y el de China en la 3ª. Cada uno de estos países se hizo con el dominio económico en sus respectivas épocas, o aceleraron su crecimiento a niveles nunca antes vistos. China, por ejemplo, creció a una tasa promedio de 6.3% entre 1995 y 2015, mientras que América Latina apenas alcanzó el 2% promedio en el mismo periodo.
La 4º revolución industrial, naciente en estos momentos, está impulsada por la inteligencia artificial, el IoT, el machine learning y, en general, por la automatización. ¿Qué posibilidades presenta para México esta nueva era y cómo enfrentarlas?
Futuros alternativos
Ramiro Albrieu, uno de los economistas autores del estudio, explicó que para responder las principales dudas respecto a la IA y su impacto futuro se generaron tres escenarios de adopción. “La forma más convencional de estudiar el crecimiento económico de un país es a través de la idea de que el Producto Interno Bruto (PIB) se produce mediante la combinación del trabajo y capital con una determinada tecnología y organización productiva”, indicó. La figura inferior ilustra el modelo de crecimiento económico convencional y sus tres componentes: el trabajo, el capital y la PFT, que captura las características organizativas y tecnológicas del proceso productivo.
“El Efecto Automatización implica una forma de producción igual a la que existía antes, pero con inteligencia artificial. En cambio, el Efecto Innovación cifra una actualización más drástica del trabajo, que crea nuevas formas, nuevos empleos y aplicaciones posibles que no son siquiera vislumbrables en un dinámica de continuidad/automatización. Históricamente, los que tuvieron solo el primer efecto crecieron, pero solo los que aplicaron ambos efectos han generado un cambio positivo de largo plazo”, detalló Albrieu.
Para evaluar el posible impacto de la IA en la economía de México en los próximos diez años, los autores del estudio desarrollaron tres escenarios alternativos de la adopción de IA y, consecuentemente, de ambos efectos recién mencionados:
- Escenario negativo: Este escenario supone que la economía mexicana no adopta IA y, por lo tanto, su crecimiento económico no se ve afectado por ninguno de los dos efectos (Automatización e Innovación). Se asume que no hay automatización de tareas a los largo del período considerado y que la evolución de la PTF se mantiene sin cambios en relación a la trayectoria observada en el pasado.
- Escenario neutral: Se asume que la economía mexicana absorbe las tecnologías asociadas a IA al mismo ritmo que lo hizo con las TIC. El escenario se representa con un Efecto Automatización suave que acelera el crecimiento económico pero sin efecto Innovación. Esto implia que el comportamiento de la PTF se asume igual al del escenario negativo, sin cambios respecto al pasado.
- Escenario positivo: La economía mexicana tendría que adoptar y difundir la IA de una forma muy superior a lo que ocurrió durante la 3ª Rev. Industrial (las TIC). El Efecto Automatización sería 50% superior al ocurrido en la revolución anterior y el Efecto Innovación sería parecido al salto en técnica que hicieron las economías de Asia Emergente desde fines de los 90 en adelante.
En el escenario negativo nada cambia respecto a la situación actual, pues la IA no es adoptada en el proceso productivo. No existe una reasignación de factores productivos a lo largo de los sectores. En el neutral hay incorporación parcial de la IA. El Efecto Automatización ocurre en tareas repetitivas, lo que permite reasignar trabajo humano hacia labores de mayor sofisticación. Mientras tanto, en el escenario positivo México adopta fuertemente la inteligencia artificial. El efecto automatización es más intenso que en el escenario neutral, y se potencia con el efecto Innovación, por lo que nuevas tareas y bienes surgen en la economía: la IA reemplaza prácticamente a la totalidad de la fuerza de trabajo humana en labores menos calificadas, lo que obliga a generar empleos y capacitar a las personas para enfrentarse al nuevo orden del trabajo.
Las consecuencias para la economía mexicana en cada uno de estos escenarios es clara y alarmante:
Detrás de estas cifras se esconden múltiples disrupciones a nivel sectorial en el que las empresas redefinen sus modelos de negocios. Un elemento clave es que la adopción de IA no impactaría a los distintos sectores de forma disímil, lo que permite adivinar una retroalimentación del propio ecosistema y las herramientas que utiliza: existe el potencial de que todas las industrias crezcan por igual en un escenario de adopción positivo de inteligencia artificial.
“La absorción de IA en la economía mexicana puede ser un factor de aceleración del crecimiento económico muy importante: de romper con la tendencia histórica y acelerar la tasa de adopción de tecnologías asociadas a IA, el ritmo de crecimiento económico podría acelerarse en más de un punto porcentual por año durante la próxima década. Esto se traduce en una mejora en el bienestar de la población muy marcada”, explicó el autor respecto a las gráficas, a lo que agregó que la aceleración del crecimiento no sería el resultado de la expansión de un sector o pequeño puñado de sectores de alta tecnología, sino un fenómeno de caracter general. “Se trata de una tecnología que cambia todo, y en todos los sectores se generan oportunidades de expansión sostenida”.
El camino a recorrer no es fácil, pero los beneficios potenciales son muchos. ¿Qué debe hacer México para acceder a este nivel de innovación? Según Albrieu debe ser un esfuerzo conjunto: no se trata solo de implementar políticas públicas que empujen la adopción, ni tampoco de que el sector privado asuma la carga sin mediar un diálogo con la sociedad y sus gobernantes. Tal y como los beneficios son generales, las intenciones y esfuerzos deben también provenir del país en su conjunto.
El estudio refiere que uno de los lineamientos principales necesarios para dar el gran salto es implementar estrategias de desarrollo productivo asociadas a una adopción más rápida y generalizada de las tecnologías vinculadas a IA y la 4ª revolución industrial. México cuenta con sectores que se encuentran cerca de la frontera tecnológica global, pero el panorama general es de una baja capacidad de absorción de los últimos avances digitales. “Si vemos qué están haciendo los distintos países en relación a esta nueva éra de la producción, hay muchos como Alemania, Estados Unidos, Australia y China que ya tienen en marcha planes a nivel nacional para empujar sus economías al siguiente nivel. América Latina está completamente rezagada en este aspecto. Existen proyectos, pero ninguna política pública de nivel general”.
El segundo lineamiento se refiere a la inversión en capital humano. Buena parte de las tareas que realizan actualmente los trabajadores podrán ser ejecutadas por máquinas y algoritmos en un futuro cercano. Aunque existen muchas dudas respecto a los trabajos del futuro hay tres cualidades clave: percepción y manipulación en contextos complejos, creatividad, e inteligencia social. Albrieu señaló que uno de los principales problemas que presenta México para adoptar IA es que una buena parte de su producción es de trabajo poco calificado. “Si en Estados Unidos quieres lanzarte a la aventura en inteligencia artificial puedes contratar ahí mismo a los expertos: ese paso ya está dado. México aún tiene una deuda en talento calificado y si no existe un trabajo conjunto entre gobierno y privados no será posible alcanzar un nivel adecuado en los plazos necesarios”, concluyó.
Lo cierto es que la IA no puede ignorarse por más tiempo, tanto porque su impacto a nivel global será indudable y la competencia será cada vez más difícil para el país, pero también porque podría permitir una solución rápida a algunos de los más grandes problemas que México enfrenta en la actualidad. Tal y como muestran las cifras, la respuesta no es seguir haciendo lo mismo pero con mayor automatización, sino acelerar la innovación con una ritmo mayor a la que se haya visto alguna vez en la historia del país.
