La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) impuso hoy una demanda para evitar que la firma norteamericana de chips de procesamiento Nvidia Corporation adquiera a su par británica Arm Ltd. Con esta operación, que se esperaba concretar por $40,000 millones de dólares, Nvidia se convertiría en un verdadero coloso del área de semiconductores, por lo que desde su anuncio en septiembre se esperaba una reacción por parte de los reguladores antimonopolio.
Pero este no es solo un caso de dos compañías gigantes uniéndose. La venta amenaza con cambiar por completo los equilibrios que sostienen al mundo tecnológico actual. Arm no se comporta como un fabricante tradicional, que vende sus tecnologías pero también compite con sus clientes. La exitosa empresa británica, fundada en 1990, es de los pocos casos que no venden sus productos, sino que licencian sus diseños patentados, para que los clientes luego modifiquen, manufacturen y vendan microchips a partir de ellos.
Este modelo le ha ganado a Arm el apodo de “la suiza de los semiconductores” y es uno de los grandes motivos por los que los diseños de esta empresa están en 90% de los smartphones.
Si bien Nvidia prometió en su oferta mantener la autonomía y neutralidad de Arm, lo cierto es que sus estrategias de comercialización son mucho más competitivas, y ganar control de una compañía con la experiencia, patentes y el nivel de investigación que Arm realiza, podría darles una ventaja difícil de equilibrar dentro de márgenes neutrales.
“Las tecnologías del mañana dependen de preservar los mercados vanguardistas y competitivos de la actualidad. Este acuerdo distorsionaría los incentivos que tiene Arm en el mercado de chips y le permitiría a la nueva firma sabotear de forma injusta a los rivales de Nvidia”, dijo Holly Vedova, directora de la oficina de competencia de la FTC. El organismo bipartidista aprobó emitir la demanda de forma unánime. Los reguladores británicos y la Unión Europea también se encuentran investigando en profundidad la adquisición.
Entre los efectos nocivos de la compra, la FTC adujo también que el posible escenario de competencia desigual podría desembocar en una baja calidad de productos, un ritmo más lento de innovación y precios más altos.
De cancelarse el acuerdo, Nvidia vería afectados sus planes de crecimiento, que en los últimos años ha sumado a chips especializados en procesamiento gráfico toda una línea destinada a inteligencia artificial; mientras que también ha dado pasos hacia los procesadores para centros de datos. El CEO de la compañía, Jensen Huang ha hecho públicas sus intenciones de que Nvidia se transforme en un proveedor “full-stack” de tecnología.
Nvidia indicó que seguiría el curso de la demanda y reafirmó su impresión de que la compra de Arm beneficia a la industria y promueve la competencia, mientras que Arm no ha emitido declaraciones oficiales.