La metodología Agile se ha transformado en uno de los conceptos de moda para las organizaciones desde hace algunos años, pero a pesar de presentar resultados positivos, alta flexibilidad y la velocidad necesaria para enfrentar los desafíos de la economía digital aún se siente como un salto de fe para muchas empresas. Los siguiente consejos harán más fácil la transición, o permitirán reforzarla cuando ya esté en marcha.
Cansados de la lentitud y excesiva documentación asociada al desarrollo de software tradicional un grupo de programadores sentaron en 2010 las bases de Agile, una metodología enfocada en resultados, iteraciones constantes en la generación de producto y una filosofía evolutiva centrada en la retroalimentación del cliente. Agile ha recorrido largo camino desde su planteamiento inicial solo enfocado al software, mientras el departamento de IT se vuelve indispensable para apoyar el negocio sus metodologías de trabajo también han permeado al resto de la organización gracias a los fundamentos de velocidad, autonomía y colaboración.
Sin embargo, como alrededor de toda buzzword en el mundo tecnológico, hará falta que los líderes analicen muy bien la situación particular de sus organizaciones antes de lanzarse a la transformación necesaria. Nada es solo blanco o negro cuando se trata de metodologías de trabajo, y los críticos de Agile incluso han ensayado un manifiesto que pone en crisis sus puntos principales.
Controversias aparte, Agile es un método que las organizaciones que pretendan sobrevivir en el futuro no pueden ignorar, por lo que IT Masters Mag preparó algunos consejos para aproximarse con bases más sólidas a su implementación:
1. Tener los principios claros
Como parte del manifiesto fundacional de la metodología Agile sus 17 autores establecieron cuatro principios fundamentales. Si Agile puede concentrarse en la rapidez de entrega y la iteración de versiones es en parte porque estas reglas reducen al mínimo la posibilidad de desviarse demasiado del camino correcto:
- Individuos e interacciones por sobre procesos y herramientas.
- Software funcional por sobre documentación exhaustiva.
- Colaboración con el cliente por sobre negociación de contratos.
- Responder al cambio por sobre seguir un plan.
De aquí se desprenden una gran cantidad de conceptos y guías, pero las reglas centrales deben transformarse en la filosofía que guíe los esfuerzos de la organización: personas, prototipos, colaboración e iteración.
2. Todo comienza y termina en el liderazgo
Agile no es un interruptor, necesita de dirección permanente para enfrentar sus desafíos y mantener al equipo alineado bajo la misma filosofía. De acuerdo con un informe de BCG, una de las trampas en las que muchas organizaciones caen es justamente no considerar a los líderes, como el CEO y CIO, dentro de la transformación cultural que la metodología exige.
La publicación recomienda a los líderes cinco acciones para mantener la transformación Agile corriendo a buen ritmo:
- Comenzar con el por qué: Ningún cambio es fácil, los líderes deben establecer una visión clara y poder demostrar siempre su urgencia, además de evitar un retroceso hacia las estrategias del pasado.
- Adoptar los principios y prácticas: como se dijo en el punto anterior, Agile propone comportamientos muy bien definidos y los líderes deben ser el ejemplo a seguir en la organización.
3.Cambiar la forma de liderar: las habilidades que llevaron a muchos líderes a sus puestos pueden no ser tan útiles en un entorno Agile. Es necesario tener siempre el ojo dirigido al propio trabajo y aprender constantemente cómo perfeccionarse. - Alinearse para empoderar: Agile se apoya en un equipo de trabajo que mientras más autónomo mejor y más rápido opera. La comunicación y alineación que los líderes puedan establecer definirá la intensidad y calidad de esta autonomía.
5.Aprender y adaptar con velocidad: el feedback y el aprendizaje son la columna vertebral de Agile. Muchos procesos de transformación fallan porque se apegan demasiado a los planes en lugar de adaptarse con celeridad.
3. Medir los resultados
Una de las características principales de Agile es que se concentra más en los resultados que en los procesos. Es el producto y su constante refinación lo que dirige los esfuerzos. Esto implica que siempre existe una evaluación de los resultados, y es justo ese un paso en el que muchas organizaciones flaquean. Las métricas que se utilizan en metodologías clásicas no suelen traducirse bien al contexto de rapidez y autonomía que Agile propone. Es fácil perderse, además, entre las muchas métricas disponibles hoy en día, o concentrarse en una que no mida correctamente los resultados.
De acuerdo con la Agile Alliance estas son las tres métricas más utilizadas por las organizaciones hoy en día:
- Entrega a tiempo
En Agile la programación de fechas finales y sprints periódicos está definida de antemano, ¿qué significa entonces una entrega a tiempo? Hay que medir el progreso en relación con la expectativas de lo que se entregará. Este puede ser acumulativo y dirigido hacia el producto final o centrado en etapas de desarrollo clave. Lo importante es no centrarse en las iteraciones de producto sin perder de vista el resultado que se espera y — al apreciar la distancia entre uno y otro— realizar las modificaciones necesarias al plan. - Calidad del producto
Alrededor del 48% de las organizaciones que utilizan Agile miden su éxito por esta métrica. El monitoreo de la calidad del producto está fuertemente ligado con cada paso del proceso Agile. La inspección del código y detección de bugs es constante, y si bien siempre se espera que los tests resulten completamente positivos, la velocidad de las iteraciones suele hacer este ideal inalcanzable. Pero mientras menos errores existan entre una iteración y otra, más fácil se llegará a los tiempos predefinidos y con una eficiencia mucho mayor. - Valor del negocio
Varios de los principios del Manifiesto Agile reconocen que darle valor al negocio es fundamental. Esta métrica es bastante explícita en torno a los contratos y necesidades de compliance, pero también posee un ingrediente especulativo cuando se integran variables de mercado. Rara vez las cosas están por completo definidas, por lo que normalmente se estará midiendo el valor del negocio con métricas orientadas a resultados, como crecimiento de usuarios, adquisición y retención de clientes, incremento del market share y de ingresos, entre otras.
Los indicadores antes mencionados cambian constantemente mientras las condiciones del mercado evolucionan, así que los KPI deben actualizarse sincrónicamente para mantener viva la estrategia corporativa.