La llegada de Xiaomi Corp. a la Bolsa de Valores de Hong Kong fue recibida con tibieza por el mercado, principalmente debido al contexto de guerra comercial entre China y Estados Unidos, reportó la agencia The Associated Press (AP). En la oferta pública inicial (IPO, por sus siglas en inglés) las se comportaron de manera errática durante el día.
La acción inició con un precio de $16.60 dólares de Hong Kong ($2.11 dólares estadounidenses) para subir luego a $17 ($2.17). Durante el día las acciones perdieron 4%, pero luego remontaron para cerrar la jornada a $16.80 ($1.98).
El domingo, Jun Lei, presidente y director general de Xiaomi, publicó en la cuenta de Twitter de la compañía un mensaje dirigido a sus empleados. El ejecutivo destacó el valor y la confianza como pilares de aquella startup que hace ocho años deseaba participar en una de las industrias más competitivas del mundo, la de teléfonos inteligentes y que hoy se convirtió en una empresa pública.
El directivo recordó que desde sus inicios, la compañía buscó enfrentarse a gigantes mundiales como Apple y Samsung, y a competidores locales como Huawei y Lenovo que ya punteaban el mercado chino.
Lei dijo que en sus inicios, Xiaomi tenía menos de 20 empleados y hoy son 7,000, que además son propietarios de acciones o de opciones, y que esperan ver la respuesta del mercado después del IPO.
Durante la ceremonia de salida al mercado, Lei afirmó que la IPO surge en momentos de gran tensión en los mercados financieros de Estados Unidos y China. El ejecutivo afirmó que a pesar de que las condiciones macroeconómicas no son las ideales, considera que “una gran compañía”, como esta, puede medirse al reto y marcar su diferencia en el mercado.
Fundada en Beijing, China, en 2010, Xiaomi es conocida en el continente americano por sus teléfonos inteligentes de muy bajo precio (de hecho, es el cuarto fabricante mundial de este tipo de dispositivos), pero tiene planeado convertirse en una marca de equipos y hardware similar a Apple Inc.
Aunque la compañía no ha dado detalles de su estrategia de negocios fuera de su país, no es un secreto que Estados Unidos y China libran una batalla comercial abierta en la que el primero ha amenazado con aumentar los impuestos de aduana y establecer medidas para prohibir la comercialización de determinados productos.
En este contexto, fabricantes chinos como ZTE y Huawei han sido los primeros en sufrir las consecuencias de esta situación, el primero con sanciones en abril que lo llevaron a cambiar incluso su equipo directivo. Habrá que esperar a conocer el plan que tiene Xiaomi para dejar atrás su imagen de “simple” proveedor de teléfonos inteligentes y saber si querrá mostrarse afuera como gigante tecnológico.