En años tecnológicos, una década es como toda una vida. Si a eso se le suma que los ataques informáticos son una de las actividades ilegales más rentables del planeta, no es extraño que los últimos 10 años hayan estado moldeados por una evolución constante en la sofisticación de sus técnicas, el riesgo que representan para las organizaciones y el impacto real de sus acciones exitosas.
En 2010, los principales vectores de ataque estaban en adware y spam a través de correo electrónico. De ahí en adelante nacieron amenazas como el malware de día cero, complejos gusanos que permitieron echar luz sobre una guerra cibernética en las sombras, como Stuxnet y Duqu, la utilización de fuentes de ataque masivas como el DDoS o la muy popular y lucrativa costumbre de secuestrar sistemas mediante el ransomware.
La Ley Hypponen de seguridad informática lo advierte: si un dispositivo es inteligente, es también vulnerable y la prueba esta década estuvo principalmente localizada en el IoT, que rápidamente se transformó en un vector de amenazas distribuídas y muy difíciles de rastrear.
México ha sufrido la mala suerte de ser uno de los países más atacados del mundo. En el primer semestre de 2019, el servicio de inteligencia de amenazas FortiGuard registró más de 8,000 millones de intentos de ciberataques en México. El caso más conocido fue el de la paraestatal Petróleos Mexicanos, pero los que siguen en las sombras quizás podrían ser más graves.
Por lo pronto, IT Masters Mag recopiló algunos de los ataques más controvertidos de los últimos 10 años, con la esperanza de que los nuevos “años 20” encuentren a las organizaciones mejor paradas que la era que ya se aleja.
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