En el marco del evento principal de la compañía en México, Avaya Engage, Netmedia platicó con su presidente y CEO Kevin J. Kennedy. El ejecutivo dirige Avaya desde el 2009 y actualmente ve a la empresa enfrentarse a un proceso de reestructuración de deuda amparada por la Ley de Quiebras de Estados Unidos, que si bien ha levantado polvo en la industria parece estar siendo enfrentado con optimismo por la organización en pleno.
Usted ha estado a cargo de Avaya durante algunos años complicados a nivel de negocio, ¿de qué manera ha cambiado la empresa desde el 2009 hasta ahora?, ¿cuáles son los principales motores de estos cambios?
A través de los años cambiamos la compañía desde el hardware de telecomunicaciones hacia una de software, servicios y cloud. Numéricamente, pasamos de un EBITDA de más o menos 11% a uno de en torno a 30% hoy en día. Esto ha sido fantástico, y lo que hacemos en el presente es de lo más innovador que nunca hemos hecho. Sí estamos pasando por un proceso de reorganización de deuda, que es anormal, y eso pasó porque nuestra deuda era muy elevada aun cuando el modelo de negocios era sólido. No es una cosa agradable por la que pasar, cualquier que te diga lo contrario no estaría haciéndole honor a la verdad. Pero lo positivo es que nuestros clientes han sido muy constructivos y de mucha ayuda, el negocio se está comportando mejor de lo que pensé que podría hacerlo, y cuando salgamos de esto tendremos más inversiones, así que está bien. Mi punto es que los países, las compañías y las personas, incluso, a veces se reorganizan para crecer, y eso es lo que nos está pasando. Creo que las cosas están bien. Pasar por estos procesos es difícil, pero estoy muy orgulloso de nuestro equipo de ventas, nuestros clientes nos han dicho que el equipo de ventas no ha flaqueado, que los productos funcionan y que el servicio no ha presentado ningún impedimento. Eso es un gran testimonio de las personas que trabajan en nuestra compañía.
Hay muchas formas de reorganizarse. En algunas ocasiones las empresas son forzadas a hacerlo si no están a la vanguardia de la innovación, por ejemplo. ¿Piensa que Avaya ha sido más activa o reactiva en este proceso de transformarse en una empresa de software y en reestructurar su deuda?
Oh, muy activa. Esta fue una decisión difícil. Hace un año éramos 75% servicios de software, y en noviembre de este año seremos 90%, no puedes generar esos números a menos que estés siendo activo.
El proceso de reorganización (de deuda) fue también muy cuidadoso. Miramos alternativas durante un año o dos y nos dimos cuenta que forzar una estructura de deuda más baja, reduciéndola en 50% o más era el camino correcto. Así que en ambos casos hemos sido proactivos.
¿Qué esfuerzos está haciendo Avaya para mantenerse al frente de la innovación?
Hemos hecho una serie de inversiones que nuestra competencia no. La mayor parte de la industria en el pasado desarrolló aplicaciones con una tecnología llamada Computer Telephony Integration, (CTI es el acrónimo). Hace unos tres años invertimos en lo que llamamos una plataforma de microservicios, que está basada en Java, tiene las más recientes APIs de las que se alimentan las redes sociales, entre otras especificaciones. Pasó que ahora podemos hacer una aplicación para una compañía como Tesla en 45 minutos y ellos pueden tenerla en producción en dos días, con CTI esto tomaría meses y meses de pruebas. Entonces, ese tipo de predicción, donde invertimos en una nueva generación hace varios años y vemos los frutos hoy, es la innovación a la que las personas aspiran.
Hace algún tiempo usted adelantó que las ofertas de software y Software-as-a-Service este año representarían el 80% de los ingresos anuales de Avaya. Ya estamos casi en esas cifras, ¿cuál cree que será el siguiente hito para la empresa?
Creo que lo siguiente que debemos ver es un crecimiento acelerado en cloud, además de un crecimiento acelerado en nuestra franquicia de contact center, que realmente tiene algunas nuevas tecnologías muy buenas, y también un crecimiento acelerado en servicios. Hemos estado enfocados en los productos por muchos años, y debemos enfocarnos ahora paulatinamente en las soluciones.
En esta reestructuración amparada por el capítulo 11 de la Ley de Quiebras, Extreme Networks adquirirá el negocio de networking de Avaya. ¿Hay alguna otra división de negocios sobre la mesa?
Eso está completamente fuera de discusión. Necesitamos emerger, necesitamos volver a nuestros clientes y agradecerles su confianza para seguir con nosotros: darles certezas. Creo que la mayoría de los clientes nos han apoyado. Seguiremos como resellers e integradores de networking, pero la automatización de workflows, centrados en comunicaciones unificadas es donde estará nuestro foco. También debemos trabajar más en analíticas, en inteligencia artificial,: en las soluciones que puedes llevar a las verticales específicas es donde estaremos invirtiendo.
En general, parece bastante optimista en torno a este proceso de quiebra. Las declaraciones oficiales de la compañía indican que esperan salir del mismo a más tardar en el verano de este año, pero recientemente se retrasó en un mes la audiencia en que revelarían la estrategia a seguir, por lo que estas fechas parecen poco realistas. ¿Qué comentarios tiene en relación a este proceso?, ¿está afectando a las operaciones de la compañía?
No ha existido ningún impacto en nuestras operaciones desde el inicio del proceso. Para ser honesto, vengo llegando de Europa, donde me reuní con todos nuestros clientes que nos agradecieron porque no ha cambiado nada en el día a día. Hicimos dos compromisos con ellos. No vamos a cambiar el soporte a sus operaciones, ni tampoco el mapa de ruta. Claramente, nuestras expectativas eran que el proceso terminaría entre agosto-septiembre, y nuestros consejeros aún le están comunicando esas fechas a nuestros directores. Si bien movimos esta audiencia, no significa necesariamente que la planificación final vaya a modificarse. Estamos en un momento en el que estamos discutiendo los detalles del plan con distintos acreedores, pero el grueso de esta estrategia no se ha modificado, así que confiamos en que las fechas se respetarán. Hay un punto en este proceso de deuda en el que transitas de un “empujar” la compañía, hacia un “tirar”, que viene de parte de los nuevos dueños. Ya estamos llegando a ese punto y ese es un aspecto muy positivo para el futuro.