Ante el aislamiento social ocasionado por la pandemia de Covid-19, una parte de la población se ha visto obligada a trabajar remotamente, pero la conectividad no es igual en todas las regiones del país y eso afecta fuertemente a quienes se encuentran en zonas menos privilegiadas.
Un análisis realizado por The Social Intelligente Unit (The SIU), señala que en 2018 la Ciudad de México fue la entidad federativa con mayor desarrollo IT, con un IDTMex de 6.98. Le siguieron Nuevo León, con 6.56 y Sonora, con 6.53.
En el otro extremo de la tabla están Chiapas, Oaxaca y Guerrero, con 3.18, 3.63 y 3.90 puntos respectivamente, son las entidades con mayor rezago en acceso y uso IT.
El índice de desarrollo TIC, IDT, permite identificar varios elementos que explican el desarrollo IT en el país. Además de estudiar el crecimiento de infraestructura IT, trata de expresar su alcance al tomar en cuenta la capacidad de acceso de los usuarios, el uso que se les da y el conocimiento IT.
El análisis realizado por la firma sugiere que con el paso del tiempo la brecha digital se ha hecho más grande y los estados más rezagados tienen mayores dificultades para alcanzar el promedio nacional de desarrollo IT. “La expansión de las redes de telecomunicaciones, así como la creciente incrementada adopción de las TICs en México se ve ensombrecida por la evidente brecha digital entre las entidades federativas, la cual provoca, por ejemplo, que los habitantes de la Ciudad de México cuenten con mejores oportunidades para acceder a la educación a distancia, la telesalud o el ejercicio mismo de la libertad de expresión, en relación con los habitantes de Chiapas”, explica Paulina Castañeda, autora del análisis. “Lo más preocupante es observar cómo en el tiempo la brecha digital no parece cerrarse a pesar del mayor desarrollo tecnológico de los Estados. Pareciera que los más rezagados se encuentran cada vez con mayores dificultades para alcanzar el promedio nacional”.
De acuerdo con Ernesto Piedras, director general de The CIU, el diagnóstico que provee la actualización al IDT-Mx provee un punto de partida para generar políticas públicas y privadas de conectividad más eficiente, y poder concentrarles en las zonas de mayor rezago. Por ahora, el camino se ve cuesta arriba.