Hasta hace unos cuantos meses el mercado IT todavía no se decantaba por un claro ganador en materia de orquestación de contenedores de aplicaciones. Finalmente, es claro que Kubernetes ha ganado la batalla frente a Swarm de Docker y Mesos de Apache.
El nombre Kubernetes proviene del griego y significa piloto o timonel, que viene a colación por tratarse de una plataforma que dirige la disposición de recursos para el despliegue rápido de aplicaciones. En otras palabras, Kubernetes provee un marco de referencia para correr sistemas distribuidos de manera confiable. En 2014 Google puso a disposición el proyecto a la comunidad open source, con la experiencia ganada en más de 15 años de correr cargas de trabajo de gran escala.
Proveedores de herramientas de desarrollo y orquestación para DevOps, como F5, Nutanix o Tenable, por mencionar algunos, no podrían estar más contentos con esta estandarización. Se les ha quitado un peso de encima y ya pueden dedicarse 100% a lo suyo. Kubernetes ha tenido un despegue exponencial en los últimos dos años frente a Mesos y Swarm. Es el primer proyecto de la Cloud Native Computing Foundation, y el de más rápido crecimiento en la historia del software Open Source.
Las razones son varias. En primer lugar, fue desarrollado desde el principio con la idea de desarrollo de software y operaciones trabajando en sintonía. Ello permite un aumento significativo en la interoperabilidad y portabilidad de los sistemas modernos de software. Es decir, los desarrolladores pueden desplegar de manera más rápida y simple sus aplicaciones, las empresas tomar ventaja de múltiples proveedores de nube y crecer rápidamente sin tener que rediseñar su infraestructura.
Otra razón es la habilidad de Kubernetes de correr contenedores en uno o más ambientes de nube pública, en máquinas virtuales o en servidores, por lo que puede ser desplegado en prácticamente cualquier lugar. Debido a que Kubernetes ha cambiado de forma radical el desarrollo y despliegue de aplicaciones, los profesionales IT también pueden escalarlas más rápido que en el pasado.
Además, Kubernetes responde a la alta disponibilidad tanto a nivel de infraestructura como de aplicación. Si se añade una capa de almacenamiento confiable, asegura que las cargas de trabajo sean altamente disponibles.
Por último, el hecho de que Kubernetes sea open source permite tomar ventaja del amplio ecosistema de herramientas de código abierto, diseñadas específicamente para trabajar con Kubernetes sin tener que atarse a un sistema cerrado o propietario.