Sergio completó un curso de Scrum Master. José Luis escribió su segundo libro y Paco ahora compite en carreras ciclistas virtuales. ¿Qué tienen en común? Son directores de sistemas de grandes corporativos y ahora administran mejor su tiempo.
¿Recuerdan las juntas interminables o esas dos horas atorados en el tráfico para llegar a la oficina? Bueno, y qué decir de alguna que otra comida de negocios que se prolongaba hasta el atardecer. Ese es el tiempo que hemos ganado a nuestro favor y que muchos están aprovechando para desarrollar nuevas habilidades, cultivar sus hobbies o cumplir un sueño largamente acariciado.
Conozco un CIO que transcurre al menos una semana al mes (dos, de preferencia) en un pequeño pueblo, a la orilla del mar o en medio del bosque, “confinado” con su esposa en una propiedad de las que abundan en sitios como Airbnb. El único requisito es que, además de confortable, ofrezca una potente conexión a internet. La oficina la lleva a cuestas, como todos nosotros, en la mochila.
Ahí, aprovecha para poner en práctica sus nuevas habilidades culinarias, profundizar sus conocimientos sobre vinos y aprender a jugar ajedrez.
Talleres de mixología, cursos de mandarín, clases de canto, yoga o meditación, o hasta ese ansiado doctorado: todo es posible en línea.
Juntas más eficientes, herramientas de colaboración más amigables, menos desplazamientos y restricciones para la socialización están haciéndonos más productivos. Con un poco de disciplina y tiempos de “desconexión”, podemos desarrollar nuevas habilidades y cumplir metas largamente pospuestas.
Este extraño periodo nos ha hecho evidente la fragilidad de la vida y que, en efecto, la salud no se compra ni tampoco el tiempo.
El dinero, otro activo a valorar
Abundan las voces que vaticinan que viviremos con este virus durante al menos dos años. Aun cuando la vacuna representa una esperanza, la crisis puede prolongarse más allá de su posición de liquidez. No es momento de gastar en caprichos ni en objetos superfluos.
Sí, en cambio, de invertir en más y mejores conocimientos digitales. Por fortuna, si algo está en alta demanda son los profesionistas capacitados en negocios electrónicos, desarrollo de aplicaciones móviles, redes sociales, analítica de datos, seguridad y nube.
Sin importar su nivel actual, es momento de profundizar en sus conocimientos técnicos, actualizarlos o adquirir aquellos que lo complementen.
El conocimiento nunca estorba y menos ahora que el mundo ha dado un vuelco digital absoluto. Nos costó habituarnos al “encierro”, a las sesiones virtuales, a la convivencia, el entretenimiento, la educación y hasta el ejercicio en casa. Ahora que lo logramos, muchos han encontrado una nueva zona de confort de la que será difícil desprenderse. Aproveche, pues, su tiempo y el lujo de ser protagonista de la industria que está liderando el nuevo orden mundial.