Autora del libro People before Tech, Duena Blosmtrom hizo hincapié durante su conferencia en la cuarta edición del IT Masters CON MTY en priorizar a las personas por encima de la tecnología.
En su experiencia de más de 20 años, en los que ha trabajado con empresas fintech, startups y —más tarde— como consultora de directores generales de la banca, notó que los cambios que era necesario introducir para mejorar la eficiencia no sucedían.
“Invariablemente nada cambiaba. Me di cuenta de que no podía asesorar en productos y tecnología y no hacer nada con respecto a las personas, porque aprendí que si no cambiaban las cosas en tecnología financiera se debía a las personas”, dijo en su charla.
En su libro, Blomstrom hace énfasis en la importancia del equilibrio psicológico y el trabajo en equipo en la era digital. Asimismo, es una convencida de los métodos ágiles de desarrollo de aplicaciones para ser capaces de responder al vertiginoso cambio actual de la adopción tecnológica.
Con el moto “por hacer, haciendo, hecho” tatuado hasta los huesos, aseguró: “Solo Agile puede darnos esa velocidad. No hay una ideología que nos mueva tan rápido como Agile, aunado a equipos que tienen seguridad psicológica y están en la cima de su desempeño”.
La respuesta está en las emociones
La conferencista internacional y fundadora de People Not Tech, advirtió que mientras la mayor parte de los equipos de IT se concentran en el proceso o la tecnología pierden de vista que las personas tienen emociones que muchas veces les están impidiendo ejecutar las tareas a su cargo.
Reconoció que los ejecutivos están poco preparados para lidiar con aspectos psicológicos o emotivos de sus equipos, pero insistió en que es un trabajo pendiente que debe ser asumido.
“Pasé entre seis y siete meses trabajando en proyectos de cambio para llegar a la conclusión de que los 10 pilares de una transformación éxitosa agil tiene que ver con humanos”, afirmó Blomstrom.
La deuda humana a nivel organizacional
Blomstrom citó una serie de elementos que obstaculizan la creación de equipos de trabajo motivados y emocionalmente equilibrados. Muchos son de todos conocidos, como los cambios a nivel administrativo y un mal liderazgo; proyectos que son abandonados a medio camino; sondeos estériles para medir el ambiente laboral; tópicos importantes más definidos; actos punitivos; cultura del miedo y evasión al fracaso; permitir políticas tóxicas y guardar silencio cuando hay racismo sistemático o acoso; hablar de Agile pero sin una clara mentalidad; empleados tristes o poco comprometidos.
Sin embargo, reconoció que es difícil para los ejecutivos de alto nivel entrar en temas como estos. “En el centro de todo esto está una cultura de miedo y evitación del fracaso. Cada vez que nos detenemos para decir algo que pensamos por miedo estamos cayendo en la administración de la propia percepción, y eso provoca más y más frustración. Hay una falta de inversión en el involucramiento emocional con nuestros compañeros de trabajo y poco entrenamiento en la inteligencia emocional. No hay interés en tener un equipo feliz y saludable”, insistió la autora.
Para reducir la deuda humana recomendó tratarlo como una deuda técnica, contar con el permiso de la organización, basarse en datos y acciones y enfocarse en la seguridad psicológica.
“La seguridad psicológica ofrece resultados medibles. Sus componentes son flexibilidad, compromiso, hablar abiertamente, valentía, resiliencia y aprendizaje. El círculo virtuoso se logra con la mejora contínua, medir, y analizar cuáles son los buenos y malos comportamientos, promover la apertura al diálogo honesto en lugar del manejo de percepciones y preguntar las cosas correctas.