A medida que la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) avanza en todas las industrias, la pregunta que queda dentro de las organizaciones es cómo capitalizar esta inversión. Un paso que, quizás, esté mucho más cerca de lo imaginado.
Para lograr un crecimiento sostenible, el secreto está en construir una infraestructura moderna, que permita mantenerse al día con la constante evolución de las tecnologías. Siempre existe la próxima ola de innovación que genera nuevas oportunidades.
Hoy en día, la AI es esa oportunidad que solo se puede navegar con una plataforma flexible y preparada para estos nuevos mares donde aplicaciones y modelos pueden coexistir.
En este sentido, el mayor foco de las organizaciones se ha centrado desde hace años en las soluciones de virtualización, que han impulsado el avance de la computación en la nube.
La llegada de las máquinas virtuales (VM, por sus siglas en inglés), que permitieron replicar el funcionamiento de computadoras físicas que ejecutaban sistemas operativos en instancias aisladas, posibilitó la eficiencia de los recursos, mejoró la flexibilidad y optimizó el rendimiento de la infraestructura en diferentes entornos.
De esta forma, las organizaciones comenzaron a ofrecer aplicaciones y servicios innovadores, capaces de simplificar las operaciones, mejorar la comunicación y promover nuevas oportunidades de negocio.
De máquinas virtuales a contenedores
Recientemente nuevas tecnologías como contenedores —en lugar de máquinas virtuales— se han trasladado como base principal de la infraestructura de IT.
Así como las máquinas virtuales establecen sistemas operativos aislados en un único servidor físico, los contenedores crean entornos aislados para ejecutar aplicaciones en un único sistema operativo, lo que aporta un nuevo enfoque para crear e implementar aplicaciones empresariales.
Con los contenedores, los desarrolladores pueden crear aplicaciones potentes nativas de la nube que se integran con tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (ML, por sus siglas en inglés).
Esta tecnología también introduce herramientas y automatización que ayudan a los equipos de IT a simplificar la gestión del ciclo de vida de las aplicaciones modernas en entornos masivos de nube híbrida.
Inteligente y virtualizado
Los avances que aportan los contenedores y los beneficios de la virtualización pueden ser grandes aliados para impulsar la inteligencia artificial.
Las mismas máquinas virtuales que fueron fundamentales para la evolución de la computación en la nube ahora contribuyen al entrenamiento del modelo AI/ML, con aislamiento y reproducibilidad, escalabilidad, aceleración de hardware, flexibilidad en la configuración del software y gestión y seguridad de datos.
No es sorprendente que la revolución de la AI impulse una búsqueda generalizada de instancias de máquinas virtuales basadas en la nube, optimizadas para ejecutar cargas de trabajo.
Esto destaca la creciente necesidad de una infraestructura de nube especializada, adaptada a los requisitos únicos de la AI.
Virtualización e inteligencia artificial combinan de fuerzas
Se espera que los ingresos mundiales por gestión de contenedores alcancen los $944 millones de dólares en 2024, según Gartner.
Sin embargo, según la consultora, a pesar de este crecimiento, 70% de las cargas de trabajo que alimentan los ordenadores personales y servidores de los centros de datos utilizarán todavía la virtualización basada en hipervisores hasta 2027.
Sumando lo mejor de cada una de estas soluciones, nuevas plataformas de aplicaciones nativas en la nube ya admiten ambas en diferentes entornos, con operaciones y gestión consistentes y unificadas.
Con esto, los equipos de IT pueden implementar y administrar todas las cargas de trabajo, virtualizadas o en contenedores, utilizando procesos y herramientas comunes, aprovechando las innovaciones en monitoreo, desarrollo e implementación, mallas de servicios y tecnologías serverless, con mucha menos complejidad.
Red Hat OpenShift Virtualization, una prestación de Red Hat OpenShift, es una de esas soluciones modernas que permite una fácil migración y gestión de máquinas virtuales tradicionales a una plataforma de nube híbrida unificada.
Esto minimiza la sobrecarga operativa al proporcionar una plataforma consistente que se ejecuta localmente, en la nube y en el Edge, con una única interfaz de administración y un conjunto de herramientas de desarrollo y operaciones.
Por ello, es una alternativa rentable frente a los entornos heredados o que están en proceso de modernización.
Aprovechar las inversiones en virtualización para la inteligencia artificial
Red Hat OpenShift Virtualization proporciona una solución para que los clientes migren de forma rápida y segura a una plataforma madura y estándar de la industria para el futuro de su negocio digital.
Garantiza que las máquinas virtuales se ejecutan en entornos confiables de Red Hat, aprovechando tecnologías como Red Hat Enterprise Linux (RHEL) y también integrándose a muchas ofertas de nube pública que aportan estandarización, escalabilidad y seguridad.
Además, le permite crear, importar, clonar, migrar y administrar VM Linux y Microsoft Windows en una plataforma de aplicaciones moderna.
Al migrar estas máquinas virtuales y ejecutarlas en Red Hat OpenShift, las organizaciones pueden aprovechar sus inversiones actuales en virtualización y al mismo tiempo en arquitecturas nativas de la nube, operaciones y administración simplificadas y nuevos enfoques de desarrollo.
Lo mejor de ambos mundos reunidos en una plataforma que será la base de muchas soluciones durante mucho tiempo.