Por Eduardo Maurizi, Senior Partner Account Manager de Progress Latinoamérica
En el registro histórico, lo primero fue la reacción ante lo que sucedía. Frente la incertidumbre: acomodarse, desarrollar protocolos, pasar a trabajar de forma remota y acercarse a la realidad de los clientes.
Con el tiempo, lo que descubrimos fue mucho más profundo: las modificaciones que se dieron en ese momento son en realidad una aceleración de las tendencias en la sociedad y en la tecnología que ya venían y permanecerán.
Empresas y empleados, por ejemplo, ya imaginan un modelo híbrido que incluya más trabajo desde casa. Estudios como uno de la consultora Mercer, en Argentina, muestran que el 38% de las empresas continuará con el teletrabajo una vez que se levanten las restricciones.
Pero lo que sucedió va más allá de este cambio sobre la percepción del homeoffice: la pandemia transformó nuestras vidas y generó cambios fundamentales en todas las industrias: obligó a las empresas a rediseñar productos y servicios para seguir siendo competitivas.
La transformación digital es ahora una disrupción global sin atenuantes.
Así, las capacidades tecnológicas que traían algunas empresas puede que hoy ya no sean ventajas competitivas; fueron muchas las que avanzaron digitalmente.
Protocolos continuos de seguridad, soporte de canales y plataformas en línea hoy ya son componentes innegociables para funcionar. La pregunta es entonces cómo aprovechar al máximo las oportunidades del escenario actual.
Ofertas innovadoras de productos y servicios
La ecuación es tan sencilla como contundente. Las organizaciones que pueden centrarse en la innovación en las ofertas de productos y servicios seguirán siendo competitivas y prosperarán. Las empresas que continúen funcionando como lo hacían en el pasado encontrarán un desafío que es mucho más que operativo: no es sólo el escenario el que se transformó, sino que también se modificaron las necesidades de los clientes.
Los datos lo demuestran. Un informe de McKinsey que encuestó a ejecutivos de todo el mundo descubrió que el 63% de las organizaciones experimentaron cambios en las necesidades o expectativas de los clientes y el 62% cree que esta tendencia continuará. Los resultados también sugieren que las empresas no sólo están respondiendo a la necesidad concreta del escenario, sino que decidieron cambios que permanecerán en el largo plazo.
Pago sin contacto, redes privadas virtuales (VPN), protocolos de voz sobre Internet (VoIP) y herramientas de colaboración renovadas son ejemplos de tecnologías que responden directamente a nuevas necesidades en áreas como la telemedicina, el aprendizaje remoto y el entretenimiento en línea.
La innovación impulsada por la crisis ayuda a las empresas a mantenerse competitivas.
La promesa es todavía más reconfortante: las organizaciones que aprovechan esta oportunidad para girar y alinear los productos con las nuevas necesidades habrán transformado exitosamente el negocio para siempre.
Colaboración e innovación a distancia
El trabajo remoto es ahora lo habitual y puede convertirse en regla. El problema es que muchas organizaciones que cambian a este modelo tienen dificultades a la hora de generar innovación. La oficina permite una mayor interacción cara a cara y momentos para descontracturar: es más fácil para los empleados colaborar en ideas, lo que a su vez crea un entorno competitivo saludable.
En el nuevo panorama del trabajo remoto, este tipo de impulso creativo es mucho más difícil de conseguir. Se necesitan culturas laborales nuevas y reinventar el equilibrio entre productividad y colaboración.
Con la innovación en el centro, las empresas también deben dar a los empleados tiempo constante para explorar ideas. A los equipos se les pueden plantear desafíos específicos para trabajar conceptos y encontrar soluciones. Las actividades para inspirar la innovación como los hackatones eran populares antes de la pandemia y ahora pueden ser un gran recurso, ya que también sirven como eventos de creación de vínculos y redes.
Promover los vínculos personales dentro de la empresa
Las organizaciones deben centrarse en la productividad, pero también en el bienestar de los empleados. Para responder al primer punto, muchas empresas crearon portales para compartir las últimas actualizaciones sobre la pandemia, consejos sobre el trabajo en casa y seminarios sobre salud mental, entre otras.
En Progress, al igual que empresas como Google y Uber, proporcionamos asignaciones para que los espacios de trabajo en casa sean cómodos. Pero, además de facilitar el trabajo, las organizaciones pusieron su foco en mantener vinculados a los equipos.
Para lograrlo, armaron eventos virtuales con desafíos de cocina o pintura, shows de talentos, noches de trivia y actividades divertidas en línea. Las organizaciones también crearon grupos con recursos para empleados: por ejemplo, quienes tienen hijos pueden discutir el desafío de equilibrar el trabajo con la paternidad.
Sin lugar a duda, la pandemia y la crisis que devino crearon importantes oportunidades de innovación para diferentes industrias.
Si bien la disrupción no es nueva para las empresas de tecnología, la crisis reciente ha sido una transformación de proporciones históricas. Ya sea para ejecutar operaciones internas o recomendar herramientas a los clientes, las lecciones de esta experiencia serán cruciales en el futuro.
Las empresas de tecnología deben estar más atentas que nunca para afrontar los cambios que vendrán y así mantenerse a la vanguardia.