De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2017, publicada en febrero de este año por el INEGI, 71.3 millones o 63.9% de la población mexicana de seis años o más es usuaria de internet. Ello a partir de una mayor disponibilidad de ofertas comerciales y diversidad de dispositivos (teléfonos celulares, computadoras, tabletas, entre otros) que habilitan el acceso para usuarios de todas las edades y condiciones socioeconómicas.
Esta contabilidad da cuenta de la masificación y utilización de un servicio que da a sus usuarios el acceso a un sinfín de plataformas de comunicación, transmisión de audio y video, contenidos audiovisuales, entre otros.
Sin embargo, hoy día contar con un acceso a internet no es una condición suficiente debido a la creciente intensificación en el uso de datos que demandan los contenidos aunado a las diferencias de velocidad y tarifarias que existen en las conexiones de Banda Ancha Fija (BAF). Las condiciones básicas en que se presta este servicio (precio y velocidad) toman relevancia, puesto que determinan el nivel en que el grueso de la población podrá hacerse del servicio.
Al respecto, un estudio realizado por The Competitive Intelligence Unit, enfocado en Latinoamérica, encuentra una importante disparidad entre países en las condiciones de oferta de paquetes básicos de acceso a internet.
Al comparar los precios promedio medidos en dólares en Paridad de Poder Adquisitivo, Brasil destaca como el país con el nivel más bajo ($24.3 dólares), mientras que Colombia más que duplica esta métrica (242% superior) al ofrecer servicios básicos de acceso a internet, en promedio, a $58.7 dólares. En México, los paquetes más accesibles se tasaron, en promedio, en $39.3 dólares, ubicándose como el tercero más bajo entre los países analizados.
Al controlar esa variable por los niveles de ingreso mensual per cápita de cada país, se obtuvo que Brasil se posiciona como el país con servicios básicos de acceso a BAF más asequibles en la región (1.9% del PIB per cápita), seguido por Chile y México (2.4% cada uno). Mientras tanto, Colombia se mantiene en el último lugar en términos de asequibilidad (4.9%), pero acortando su distancia con Brasil a 129%.
Si bien la asequibilidad es un elemento que influye en la contratación del servicio de conectividad, la velocidad de estos paquetes determina el tipo de contenidos a los que los usuarios pueden acceder. En este sentido, la brecha entre países es aún más dramática. Mientras que una conexión básica promedio en Costa Rica no permite transmitir un video de Netflix en calidad estándar sin interrupciones al alcanzar un promedio de velocidad ofrecida de 2.8 Mbps, en Chile algunas de estas permiten hacerlo en ultra alta definición con una oferta promedio de 22.6 Mbps.
Por su parte, en México los paquetes básicos ofrecen una velocidad promedio de 14 Mbps, suficiente para transmitir tres videos en alta definición al mismo tiempo, nivel que nos coloca en segundo lugar en esta métrica.
Lo anterior pone de manifiesto la desigualdad que existe en la región en términos de acceso a servicios de conectividad, pero también la relevancia de no sólo buscar contar con un acceso a internet, sino de también asegurar las condiciones mínimas para que la población pueda utilizar a cabalidad las aplicaciones disponibles en internet. De no hacerlo, habremos de cerrar una brecha, pero abriendo otra en torno a las capacidades de acceso.
-Texto por Ernesto Piedras, director Ggneral de The Competitive Intelligence Unit.