Con motivo del día internacional de la mujer en STEM, la ejecutiva colombiana reconoció los avances en equidad dentro de la industria, al tiempo que invitó a las mujeres a seguir invirtiendo en educación continua y olvidar los estereotipos que condicionan a las niñas a no estudiar carreras científico-matemáticas.
Juana Arango estudió ingeniería en Sistemas y computación en su natal Colombia. A pesar de ser muy joven (apenas rebasa los 40 años), solo había tres mujeres en su generación. “Nos autoinfrigimos barreras para no estudiar matemáticas o tecnología”, dijo la ejecutiva, quien lidera la línea de Modernización de aplicaciones. Anterior a su vinculación a VMware, la ejecutiva colombiana se desempeñó en diferentes cargos directivos y comerciales para compañías como SAP, Oracle, IBM y Dell Technologies, con responsabilidades de liderazgo regional.
A pesar de que aún falta mucho por ganar en materia de equidad, Arango considera que la industria IT es un sector de avanzada en el que ser mujer tiene ventajas. “Sí he sentido discriminación, desde la muy sutil –expresiones que se oyen mal en una mujer, pero no en un hombre–, hasta el acoso para asignar un contrato. Sin embargo, también considero que ser mujer me ha abierto puertas.”
La entrevistada comentó que VMware es muy activo en los terrenos de la equidad, la diversidad y la inclusión. Asimismo, el tema del acoso sexual se habla de forma abierta en foros de la empresa con sede en Palo Alto, California, reconocida por sus soluciones de virtualización y nube. No es para menos: se sabe que la igualdad de género podría añadir $12,000 millones de dólares al PIB mundial (o 11%), para el año 2025, de acuerdo con un reporte de McKinsey. A nivel individual, las empresas tendrán mejores rendimientos a medida que vayan cerrando las brechas de género en los altos niveles ejecutivos y a nivel de las juntas de Consejo.
Persiste el rezago
Por desgracia, de acuerdo con la UNESCO, de la población femenina en educación superior a nivel mundial, solo alrededor de 30% elige disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés). La matrícula de las estudiantes es especialmente baja en tecnología, información y comunicaciones (3%), ciencias naturales, matemáticas y estadísticas (5%) e ingeniería, manufactura y construcción (8%); y alta en salud y bienestar (15%), según cifras recabadas en 2019.
Por lo que concierne a América Latina, serán necesarios 59 años para lograr cerrar la brecha de género. Las áreas STEM con menor representación de mujeres son ingeniería y tecnologías de la comunicación e información (TIC), ya que sólo 10% de las mujeres las eligen, contra 33% de los hombres. En el caso de las TIC esta diferencia se presenta, en promedio, desde edades tempranas en los países de América Latina donde sólo 0.5% de las niñas consideran trabajar como profesionales de las TIC en un futuro, contra 3.9% de los niños; esta razón se mantiene a lo largo de la trayectoria estudiantil.
En México, concretamente, de acuerdo con datos recopilados por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) a partir de los anuarios estadísticos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) correspondiente al ciclo escolar 2017-2018, en las 197 universidades que forman parte de dicha asociación, 38% de las mujeres estudian carreras STEM. El restante 62% estudia otro tipo de carreras como humanidades, educación, artes, sociales y económico administrativas. En cuanto a los hombres, 54% estudia licenciaturas STEM y 46% licenciaturas en otras áreas.
Con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar en 2016 (resolución A/RES/70/212 ) el 11 de febrero como el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia.
Debe ser exigencia
La entrevistada se pronunció a favor de políticas empresariales que obliguen a la inclusión de mujeres en las prácticas de reclutamiento. “Yo no puedo contratar a nadie si antes no entrevisté a igual número de candidatas que de candidatos”, dijo Arango. Y añadió: “Debe ser una exigencia.”
También dijo que que el liderazgo femenino no tiene que ser igual al de sus pares masculinos, pues las mujeres tienen distintas virtudes, como el orden, la disciplina, la intuición y la emoción, que son muy relevantes cuando se trata de construir relaciones estrechas. “El liderazgo no tiene que ser masculino”, afirmó tajantemente.
En cuanto a los distintos roles que ejercen las mujeres en la sociedad, la ejecutiva invitó a respetar el papel que la mujer cumple en la familia, fundamental en los primeros años de crianza de los niños. En ese sentido, el trabajo remoto habilitado por los avances tecnológicos ha ayudado a un desarrollo profesional más equilibrado para las mujeres que quieren combinar su carrera profesional con la maternidad.
Por último, invitó a las mujeres a invertir al menos media hora diaria en su educación, debido a que todavía hay una mayor exigencia en el desempeño de ellas con respecto a sus pares varones. De hecho, por ahí se dice irónicamente que la igualdad de género se alcanzará cuando “haya mujeres mediocres en puestos directivos”. Conviene reflexionar en esta triste afirmación.