Al referirse al despliegue de 5G de AT&T México, el vicepresidente adjunto de Ejecución y Transformación de la compañía, Carlos Torrealba, no dubita en expresar su alegría: “Logramos exceder la meta”.
El operador de telefonía móvil cerró 2022 con cobertura 5G en 31 ciudades mexicanas, seis ubicaciones más de las que se había propuesto en mayo pasado, cuando lanzó su servicio en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
“Fue un trabajo de un año que involucró a 2,000 personas y una inversión fortísima. Cada torre le da cobertura a una zona, lo que implica tocar alrededor de 3,000 puntos dentro de la geografía del territorio nacional”, apuntó.
En diciembre pasado, AT&T México anunció la conexión 5G en 12 ciudades (San José del Cabo, La Paz, Cabo San Lucas, Rosarito, San Luis Río Colorado, Los Mochis, Tecate, Nogales, Topolobampo, Huatabampo, Puebla y Querétaro) de las 18 que alcanzó en septiembre pasado.
A pesar de ello, según su mapa de cobertura, en al menos 14 estados de México (Tamaulipas, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Nayarit, Colima, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo), principalmente del sur del país, aún no tienen cobertura 5G.
“No solo son las antenas”
En entrevista, Torrealba habló de los retos que implicó crecer su cobertura. “5G incrementa 50% el equipamiento que hay en la torre. Les agregamos entre 200 y 400 kilos más”.
Hay torres, agregó, que están en el exterior, sujetas a condiciones climáticas, al desgaste. “Por un tema de seguridad hay que revisar que soporten tanto el peso que tienen, como el nuevo. Algunas son muy fáciles de acceder, otras no tanto”.
Aunque añadió que “no son solo las antenas: debajo hay otros equipos, hay que lidiar con un montón de cosas muy propias de cada una”.
Explicó que desde el punto de vista técnico hay tres grandes aristas: acceso, transporte y el llamado “core” de la red.
El primero está relacionado con la conexión entre la antena y el teléfono, el segundo con lo que lleva ese tráfico hasta ser procesado —“las antenas solo recopilan, no piensan”, detalló— y el tercero con el procesamiento.
El directivo señaló que hacer este despliegue requirió la labor de todo un ecosistema: Por regulación de telecomunicaciones, los operadores no pueden ser dueños de las torres, sí lo son de las antenas, pero también se suman los proveedores de los equipos electrónicos que hacen posible los enlaces.
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El Laboratorio de Innovación 5G ha sido clave
De acuerdo con Torrealba, el Laboratorio de Innovación 5G ha sido parte fundamental de este logro. Ahí se aseguran de que la experiencia que tendrán los usuarios sea buena y que la infraestructura sea la correcta.
“El laboratorio juega un papel primordial porque nos permite anticiparnos y acercarnos a la gente para tener un propósito detrás de lo que estamos haciendo, poniendo las herramientas en manos de la gente”.
Para impulsar el desarrollo de un ecosistema empresarial y tecnológico basado en la red 5G permite habilitar nuevos casos de uso con el propósito de beneficiar a las y los mexicanos, mientras se acelera el despliegue y su adopción en el país.