El lanzamiento de ChatGPT, hace poco más de un año, trajo consigo una sensación generalizada de aceleración detonada por la entrada de la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) en la vida humana, al menos de forma más tangible.
Hoy en día, la discusión se centra en el surgimiento de una revolución tecnológica previamente anticipada, que tocará de forma inminente a todas las industrias y de la que aparentemente nadie puede permitirse quedar fuera.
Respecto a ese panorama, Ariel Gesto, CEO y fundador de InvGate, mantiene una postura más equilibrada, al señalar que esa sensación de urgencia viene en parte motivada por el fenómeno natural que provocan las novedades.
“Hay una efervescencia natural porque estamos ante uno de los avances tecnológicos más poderosos de la historia, indudablemente; pero por lo general tardamos años en observar los impactos de avances como este. Eso sucedió con el internet. En el 94-95 a todo mundo le urgía estar conectado, pero no fue realmente hasta 10 o 15 años después cuando empezamos a ver más claramente su potencial, mientras no hicimos mucho más que mandar correos”, recordó en entrevista.
Con la AI todo va más veloz, dijo, “pero tomará unos siete o 10 años ver su verdadero impacto”.
La tecnología, cada vez más presente
Estar al frente de una empresa latinoamericana que provee servicios a clientes como Allianz, Mapfre, KPMG o NASA, le dan a Gesto un panorama amplio de la manera en la que las organizaciones utilizan la tecnología para obtener una mayor cantidad de soluciones conforme avanza el tiempo. Aunque esta no se aplique necesariamente en materia de innovación, sino para solucionar necesidades propias de la operación diaria.
“La adopción tecnológica ha llegado a niveles inimaginables hasta hace realmente pocos años. Si piensas, por ejemplo, en las oficinas de una empresa como Coppel, de primera instancia quizá te venga a la mente una imagen que no corresponde a la realidad actual: imaginas grandes bodegas o espacios que no necesitan tecnología. Pero hoy el retailer ya utiliza reconocimiento facial para dar acceso a determinadas áreas corporativas. Pueden ser temas de seguridad, gestión, organización o lo que sea, pero es verdad que la tecnología está cada vez está más presente”.
Los riesgos frente a la innovación
De acuerdo con el experto en IT, es indudable que la tecnología y la digitalización de las diferentes industrias es una realidad; sin embargo, poder navegar en el río revuelto que genera la irrupción de la AI, tendrá que pasar por un proceso natural de reflexión, en el que las empresas deberán priorizar ciertos objetivos al tiempo que avanzan hacia una especie de estandarización tecnológica.
“Es un momento clave porque hay que tener flexibilidad para avanzar. Es por eso que la automatización es fundamental. Nosotros usamos AI, puesto que a nuestros clientes les resuelve procesos en los que tal vez no es necesario que ellos se detengan para mantener”, dijo.
“El verdadero peligro para muchas organizaciones es enamorarse demasiado de algunas de sus ideas. Creer que algo que pensaron que sería innovador se va a mantener así para siempre. Eso muchas veces puede detenerlos mientras el resto del ecosistema sigue evolucionando, y tal vez lo haga en una dirección distinta a la que habían presupuestado”.
Los procesos de adopción en América Latina
Sobre los tiempos de adopción tecnológica en la región, Gesto mantiene una visión optimista hacia el futuro, aunque reconoce que los procesos son mucho menos acelerados que en mercados como el estadunidense o el europeo.
“Es verdad que hay una adopción cada vez mayor de este lado, pero tan solo para nosotros, las cosas no hubieran sido igual si no hubiéramos apostado por el mercado norteamericano. Hoy en día estamos en México porque es la entrada hacia el resto de América Latina”.
InvGate fue noticia recientemente después de haber bajado una inversión de $35 mdd, liderada por Riverwood, por lo que su incursión en el mercado mexicano en busca de una apertura hacia el sur del continente pudiera resultar incluso natural, sin embargo, Ariel es consciente de que el mercado se mantiene aún muy verde por el momento.
“Por ahora pensar en empresas de millones de dólares en AL que inviertan en tecnología, es complicado. Nuestros clientes ahora son muy grandes porque están en Estados Unidos”, señaló.
En México, comentó, es más factible y por el contexto actual se vienen más oportunidades como Tesla, pero somos conscientes de que los procesos de este lado son distintos.
Y sobre Argentina, país de origen de InvGate, señaló que atraviesa un momento complicado también, pero más allá de eso se trata de una cuestión de cultura.
“[En la región] se está avanzando, pero aún hay un trecho importante”, concluyó.