Una vez más el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aceptó un hackeo a una institución de su Gobierno.
En septiembre de 2022, reconoció un ciberataque del grupo Guacamaya a la Sedena y esta vez directamente a la Presidencia, que resultó en la filtración de datos personales de periodistas que acuden cada mañana a sus conferencias.
El pasado 26 de enero, Silikn lanzó una alerta a medios en la que aseguró que se habían filtrado en foros clandestinos una base de datos (150MB) reciente, de 2024, del Sistema de Acreditación de Prensa de Presidencia.
De acuerdo con la startup de ciberseguridad egresada del programa de aceleración de Socialab México, la base contiene los datos (pasaportes, identificaciones, RFC, nombres, correos electrónicos, teléfono, dirección, fecha de nacimiento, CURP) de más de 300 periodistas.
Este lunes, a pregunta expresa, el mandatario federal admitió: “Sí, sí fue un hackeo”. Y explicó que ocurrió “para tratar de sembrar la idea de que nosotros perseguimos, censuramos, somos dictadores”.
Se cuidan los datos, pero los hackeos se dan
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México
Durante su conferencia matutina, aseguró que “se cuidan los datos, pero los hackeos se dan”, para minutos después aceptar que “sí, falló la seguridad o fueron muy buenos los hackeadores”.
Otras instituciones del Gobierno federal han sido también víctimas de ciberataques en la actual administración, como la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), que recibió un ataque de ransomware.
México es uno de los países que recibe la mayor cantidad de ataques cibernéticos en América Latina. En 2023 en México se incrementaron 63% los ataques ransomware. De acuerdo con un informe de Palo Alto Networks, en el país se cometieron 42 ataques ransomware en 2023 mientras que en 2022 fueron 16.
“Es guerra sucia, es espionaje”
López Obrador aceptó también que hay un riesgo para los afectados y señaló que “hay que buscar la forma, primero, de saber qué fue lo que sucedió, quién hackeó”. E insistió: “Es guerra sucia, es espionaje. Vamos a que se haga la investigación”.
Incluso, sin contar con alguna prueba habló de los posibles responsables del ataque: “Son los mismos [que hicieron con Guacamaya], gente sin escrúpulos morales que actúan de esa manera. Son guerras mediáticas”.
Sobre si veía a la oposición detrás de la filtración, comentó: “Es muy probable, muy probable: Claudio X. González y toda la red de opositores a la transformación”.
El presidente aceptó la propuesta de una periodista de que la Secretaría de Gobernación proporcione apoyo a todos los que aparecen en las listas. “Hoy me comentaba Jesús [Ramírez, vocero de Presidencia] que tienen que entregar un informe al INAI”, indicó.