La costumbre de “a todo por favor y gracias” incluso hacia los chatbots de inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) parecía un tema de buenos modales sin ninguna consecuencia.
Al menos no hasta la semana pasada, cuando un usuario se preguntó en voz alta en X cuánto dinero en electricidad se consume al decir “por favor” y “gracias” a ChatGPT de OpenAI.
La respuesta provino del mismísimo CEO de la empresa, Sam Altman, quien admitió que esto le cuesta a la startup decenas de millones de dólares en gastos operativos, dinero que, sin embargo, cree que vale la pena.
“Decenas de millones de dólares bien gastados”, respondió Altman en su cuenta de X, y añadió un irónico “nunca se sabe” cuándo ser amable con un chatbot de AI puede ser una buena idea.
La ironía no es precisamente tranquilizadora si la escribe quien impulsa la inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés).
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¿Quién paga los buenos modales hacia ChatGPT?
OpenAI no es del todo transparente sobre cuánto le cuesta a la organización operar ChatGPT, pero sigue aceptando miles de millones de dólares en inversiones.
En los últimos años, la compañía ha atraído inversiones significativas de varios actores clave. En marzo pasado, cerró una ronda de financiación de $40,000 millones de dólares (mdd) liderada por SoftBank Group, con la participación de Microsoft, Coatue, Thrive Capital y Altimeter Capital, lo que elevó su valoración a $300,000 mdd.
Anteriormente, en octubre de 2024, OpenAI recaudó $6,600 mdd con inversores como Microsoft, Nvidia, Thrive Capital, Fidelity y Khosla Ventures, con lo que alcanzó una valoración de $157,000 mdd.
Microsoft ha sido un inversor estratégico clave, con una inversión total que supera los $13,000 millones hasta la fecha y una participación de 49% en OpenAI Global.
Altman admitió a principios de este año que incluso su producto Pro de $200 dólares al mes genera pérdidas. Al parecer, se ha preocupado en el pasado por las limitaciones de la GPU y, según se informa, espera tomar cartas en el asunto invirtiendo miles de millones de dólares en un desarrollo masivo de la capacidad de los chips.
El factor energético
A finales del año pasado, los centros de datos estadounidenses consumían aproximadamente 4.4 % de la electricidad del país, y el Departamento de Energía prevé que esa cifra alcance 12 % para 2028.
La Agencia Internacional de la Energía prevé que el consumo global de electricidad de los centros de datos se duplicará con creces de aquí a 2030, con los centros de datos del mundo consumiendo tanta electricidad como Japón, y la IA está impulsando la mayor parte de ese crecimiento.
Las emisiones también están aumentando con la creciente huella energética de la AI. Tanto Microsoft, socio de OpenAI, como Google han admitido que su huella de carbono ha aumentado gracias a la inteligencia artiificial, a pesar de sus compromisos de reducir sus emisiones.
En el caso de Microsoft, incluso considera poner en funcionamiento más centrales eléctricas de gas natural para satisfacer su necesidad de energía eléctrica.
Eso sin mencionar la cantidad de agua que necesita la computación con AI: entre 300,000 y cuatro millones de galones al día en Estados Unidos, otra cifra que probablemente seguirá aumentando a medida que las necesidades de computación con inteligencia artificial se intensifiquen.
En otras palabras, por muy tentador que sea aumentar la factura energética de OpenAI al demostrar los buenos modales a ChatGPT, quizás ser educados no le convenga al planeta.
¿Pedir las cosas por favor o no?
El tema de los buenos modales no es nuevo. Hay estudios, como uno de la Universidad de Waseda y el Centro RIKEN, que apuntan a que el uso de un lenguaje cortés al comunicarse con los modelos de lenguaje grandes, puede mejorar significativamente su rendimiento y reducir sesgos.
Incluso Microsoft ha opinado sobre por qué mostrar buenos modales a la inteligencia artificial puede mejorar los resultados. “No es que tu chatbot de AI se sienta agradecido cuando dices por favor y gracias sino que usar una etiqueta básica al interactuar con la AI… ayuda a generar resultados respetuosos y colaborativos”.
Las madres, incluso en los tiempos de la AI, no se equivocaron: “A todo por favor y gracias”.