Las empresas estadounidenses del fabricante de vodka Stoli Group se declararon en quiebra tras un ataque de ransomware en agosto pasado y la confiscación por parte de las autoridades rusas de las destilerías restantes de la compañía en ese país.
El presidente y CEO de Stoli USA y Kentucky Owl (KO), las dos filiales afectadas, Chris Caldwell, explicó en una solicitud de protección de bancarrota del capítulo 11 que su infraestructura de IT “sufrió graves interrupciones a raíz de una filtración de datos y un ataque de ransomware”.
Detalló que el ataque provocó importantes problemas operativos en todas las empresas del grupo, incluidas Stoli USA y KO, “debido a que el sistema de planificación de recursos empresariales (ERP) se deshabilitó y la mayoría de los procesos internos —incluidas las funciones de contabilidad— se vieron obligados a pasar a un modo de entrada manual”.
En la solicitud, presentada ante el Tribunal de Quiebras para el Distrito Norte de Texas, División Dallas, se añade que estos sistemas se restaurarán por completo no antes del primer trimestre de 2025.
Caldwell añadió que el incidente también impidió que las filiales estadounidenses de Stoli proporcionaran informes financieros a los prestamistas que afirmaban que las dos empresas habían incumplido una deuda de $78 millones de dólares.
Grupo Stoli, más allá de ransomware
En julio de 2024, dos destilerías valoradas en $100 millones de dólares, los últimos activos que le quedaban al grupo en Rusia, también fueron confiscadas en relación con la designación del Grupo Stoli y su fundador, Yuri Shefler, como “extremistas”.
Esta designación estaba relacionada con sus esfuerzos de ayuda humanitaria y campañas de marketing en apoyo a los refugiados ucranianos durante la guerra en curso en Ucrania.
El Grupo Stoli también ha gastado decenas de millones de dólares como parte de una batalla judicial de larga duración que se ha extendido durante más de 23 años y en múltiples jurisdicciones, incluido Estados Unidos, con la empresa estatal rusa FKP Sojuzplodoimport por los derechos sobre las marcas comerciales de vodka Stolichnaya y Moskovskaya.
Esta lucha legal surgió a raíz de una orden ejecutiva de marzo de 2000 del presidente Vladimir Putin para “reinstaurar y proteger los derechos del estado” sobre las marcas comerciales de vodka cuyos derechos fueron adquiridos por empresas privadas en la década de 1990.
Shefler, el fundador de la empresa, también se vio obligado a huir de Rusia en 2002 debido a cargos “inventados” y motivados políticamente vinculados a sus críticas al régimen de Putin. Desde entonces, a Shefler se le concedió asilo en Suiza y la ciudadanía del Reino Unido después de que Rusia rechazara sus solicitudes de extradición en la década de 2010.