Hace unas semanas vi el anuncio del juego de la Asociación Nacional de Basketbol (NBA) en la Ciudad de México, que este año se disputará entre Orlando Magic y Atlanta Hawks el próximo 9 de noviembre. Se hablaba de una preventa exclusiva para quienes tuvieran “NBA ID”.
Me llamó la atención que algunas personas declinaban la oferta diciendo que no darían sus datos para ver equipos segundones.
Los dos que vendrán a jugar a México pertenecen a la Conferencia Este de la NBA. En la temporada pasada (22-23) Atlanta Hawks se colocó en la séptima posición de la tabla, apenas alcanzó a entrar a los playoffs, mientras que Orlando Magic ocupó el lugar número 13, por lo que se fue a descansar temprano.
Esos resultados generan poca expectativa para llegar al inicio de la temporada regular 23-24, que comenzará el 24 de octubre próximo.
¿El desdén sería por las posiciones de ambos equipos en la tabla al término de la temporada anterior? O, mejor aún, ¿se debe a que los aficionados tienen conciencia del valor de su información personal y por eso rechazaron crear una NBA ID?
Me gustaría pensar que es un asunto de madurez digital y de protección de datos personales.
¿Qué se requiere para tener una NBA ID?
Mi primera sospecha es que sería algo similar al padrón de aficionados de la Federación Mexicana de Futbol: el Fan ID.
Resultó que no. La NBA ID es una cuenta gratis que se crea con el correo electrónico para recibir contenido personalizado basado en jugadores y equipos favoritos, que además permite personalizar la App de la NBA.
Los datos que hay que dar además del correo son crear una contraseña, proporcionar el mes y año de nacimiento, así como el país.
El nombre y apellido son opcionales. Se deben aceptar los términos de uso y la política de privacidad, así como permitir que la NBA use la información para enviar al titular mensajes y publicidad. Sonaba algo mucho más moderado que la Fan ID local.
Experiencias diferentes
Actualmente, equipos como los Mets de Nueva York en beisbol, así como los Cafés de Cleveland y los Halcones de Atlanta en futbol americano tienen soluciones de reconocimiento facial para la venta electrónica de boletos a los partidos.
Los usuarios deben subir una selfie y una identificación oficial a la aplicación móvil a fin de sincronizar esa información con su boleto digital para los juegos.
Para ingresar a los estadios hay líneas especiales con quiosco que tienen sensores que les dan acceso al interior con solo colocar su cara en la pantalla y ser reconocidos. No tienen que mostrar su celular ni su boleto.
En el caso del equipo neoyorkino, es posible adquirir alimentos o mercancía mediante reconocimiento facial.
Dicha tecnología se usa con la idea de facilitar el acceso o no tener que cargar dinero para hacer transacciones dentro de los estadios. Sin embargo, sería interesante conocer las políticas y maneras en que se protege la información de los usuarios en esos casos.