El Crimen-como-servicio es un modelo en el que experimentados ciberdelincuentes desarrollan herramientas y plataformas, para luego venderlas a otros criminales no tan expertos en desarrollo como para crearlas ellos mismos. En pocas palabras, basta con tener dinero y un objetivo para poder realizar un ataque informático.
Esta es una de las fuerzas principales detrás de la explosión en volumen y complejidad en amenazas informáticas que se ha desatado en los últimos años. El mercado paga suficiente y los métodos de organización y transacción se han vuelto muy fáciles y seguros gracias a las criptomonedas, así que son pocas las herramientas que los organismos oficiales tienen para detenerlos.
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