Por: Ramón Salas, director regional de Dynatrace NOLA.
Es inevitable hablar de los cambios sociales y económicos que la pandemia del Covid-19 generó en todo el mundo. Uno de ellos, que se dio de manera intensa y a una velocidad sorprendente, es la transformación digital de las empresas.
Muchas organizaciones tenían planes para llevar a cabo una transformación digital que estaba pensada en largos periodos, pero a raíz de la llegada de esta nueva realidad tuvieron que reducirse. Plazos de tres a cinco años tuvieron que acortarse a solo unos meses.
En ese sentido, un estudio demuestra que 89% de los CIO dicen que la transformación digital ya se ha acelerado y el 58% predice que seguirá acelerándose.
Esta nueva realidad introdujo un nivel de complejidad que los equipos de negocios digitales y de IT nunca antes habían experimentado. A medida que buscan mantener el mismo nivel de excelencia para satisfacer las necesidades de los clientes, transfieren más cargas de trabajo a los ecosistemas empresariales en la nube, elemento que justo podría proveerles mayor agilidad, pero que sin una adecuada adaptación se puede tornar en un problema más que en una solución.
Inteligencia Artificial como soporte
La transformación digital le ha dado a las empresas un enfoque moderno de la experiencia del cliente, que influye directamente en las ganancias, la reputación, la lealtad y la participación de mercado. Es aquí donde la Inteligencia Artificial (IA) cobra relevancia y se convierte en un soporte para que las organizaciones continúen ofreciendo sus servicios y productos con la más alta calidad.
La integración de plataformas tecnológicas soportadas por IA y automatización se muestran ahora, más que nunca, como la solución para resistir la gran demanda de datos que dejó el 2020, y que se seguirá incrementando en los próximos años hasta que las empresas realmente salten a la ola de la transformación digital.
A medida que los sitios minoristas se vuelven más complejos, las empresas deben equilibrar esto con la demanda de velocidad y disponibilidad del cliente y a través de la IA deben lograr en sus plataformas que el tiempo de carga sea de 3 segundos o menos, ya que los retrasos pueden resultar en el abandono de la aplicación o la página web o que el clientes exprese su frustración en las redes sociales si tiene una mala experiencia y eso siempre es perjudicial para la marca.
El 2020 fue un parteaguas para todos o muchos CIO por lo que provocó la pandemia. Prácticamente tuvieron que convertir el servicio de sus empresas en un Black Friday diario, derivado de la descomunal cantidad de tráfico en su sitio web por compras virtuales o transacciones bancarias. La nueva normalidad los obligó a cortar de tajo todo lo que significaba ser presencial y los empujó a migrar si o si a la nube corporativa.
Ese manejo de datos puede resultar frustrante y apabullante, ya que 74% de los CIO dicen que están cansados de la necesidad de recopilar datos de múltiples herramientas para evaluar el impacto de las inversiones IT en el negocio.
Es por eso que los esfuerzos manuales se tornan totalmente imposibles al tratar de medir los niveles de escalamiento masivo de millones o billones de transacciones. Los humanos están rebasados frente a tales números.
Con esos niveles de información, se quitó la parte del road map comercial, la parte presencial, y obviamente todos los canales digitales sufrieron un boom, era como vivir un Black Friday diario, sino es que más.
En este Black Friday diario, los entornos híbridos nativos de la nube deben ser la fuerza impulsora de la transformación digital, es por eso que en las empresas deben existir microservicios, contenedores, temas como kubernetes que precisamente las ayuden a lograr una agilidad acorde con la demanda para acelerar la innovación y tener resultados comerciales mucho más exitosos.
Visibilidad en tiempos de crisis
A pesar de las importantes inversiones que están haciendo las empresas en sus esfuerzos por administrar el rendimiento digital, muchas organizaciones todavía no pueden identificar la causa raíz precisa y remediar el problema subyacente lo suficientemente rápido como para evitar que los clientes y usuarios finales se vean afectados. Esto las deja vulnerables en un mundo donde los consumidores tienen opciones aparentemente ilimitadas y es más fácil que nunca cambiar a un proveedor alternativo que pueda ofrecer una mejor experiencia.
Ante esa situación, lo que necesitan las empresas es allegarse a un socio que les entregue la visibilidad necesaria para identificar la causa del problema; así pueden canalizarse esfuerzos para corregirlo. Ahí es donde plataformas de monitoreo logran ayudar a las organizaciones. Solo el 14% de las organizaciones tienen una plataforma única que permite la colaboración entre equipos y una verdadera comprensión del impacto comercial de IT.