A mediados de marzo Amazon anunció que contrataría 100,000 nuevos empleados para hacer frente a la explosión en la demanda de pedidos. No solo ya llenó esas plazas, sino que anunció 75,000 contrataciones adicionales. ¿Y los robots?
Como muchas mujeres que trabajan, durante este período de distanciamiento social me quedé temporalmente sin ayuda doméstica. Incluso con la generosa colaboración de mi esposo, mi frustración crecía día tras día; si algo nunca se acaba es mantener limpia una casa. Un día él decidió que era momento de adquirir el pequeño robot que aspira y pasa el trapo húmedo por los pisos. Era lo último que nos quedaba por automatizar.
Hace unos días leo que Amazon ya llenó las 100,000 plazas extras que requería para abastecer los pedidos y hacer frente a la crisis del Covid-19 que nos ha obligado a recurrir a las compras en línea. Es más, a principios de este mes anunció que estará contratando 75,000 empleados extras, y los $350 millones de dólares iniciales para incrementar los sueldos ahora serán $500 millones de dólares.
¿Dónde quedaron entonces la inteligencia artificial y la robotización?
No tan rápido
Para tranquilidad de muchos que pensaban lo contrario, los robots no han llegado tan rápido a sustituir la mano de obra en industrias como el transporte y el almacenaje y distribución. De acuerdo con un estudio del MIT titulado ¿Dónde están los robots? , el empleo en dichos sectores ha crecido 20% entre 2013 y 2018, contra 9% en la economía estadounidense en general.
La automatización del empaquetado y distribución de mercancía es una tarea en marcha, pero no ha sido tan veloz como se pensaba. Ni los robots han llegado a la sofisticación suficiente (ni quizá a la relación precio/desempeño), ni los vehículos autónomos están listos para su adopción masiva. Tan es así que el Departamento de Estadísticas del Empleo en Estados Unidos estima un crecimiento de 21% entre 2016 y 2026 en el sector de almacenaje.
Tampoco es para desestimar el avance en otro tipo de robots: el software de inteligencia artificial para administración y supervisión de empleados. Los call center son prueba de ello, donde los telefonistas son monitoreados por sistemas que detectan su desempeño. Sensores inteligentes y sistemas que usan AI para monitorear o asistir el trabajo humano también se están adoptando de manera creciente en las industrias de la hospitalidad, la manufactura, las tiendas de autoservicio y, claro, el almacenaje y distribución de mercancías.
Hoy los robots no son aún lo suficientemente sofisticados para encontrar un artículo en un depósito —por eso se siguen empleando personas—, pero ya se utilizan para empaquetar los productos. Se calcula que el mercado de robótica para almacenaje pasará de $2,700 millones en 2017 a $5,000 millones de dólares en 2023.
Un estudio de PwC describe tres ciclos sobrepuestos de automatización que impactarán el empleo entre hoy y mediados de la década del 2030. Las industrias del transporte y la manufactura serán las que se verán mayormente afectadas por el arribo de la automatización del empleo.
A lo anterior habrá que añadir el avance en dispositivos que utilizan visión computarizada, IoT, mayor conectividad y analítica aplicada al estudio de tiempos y movimientos, lo que dará por resultado el aumento en la eficiencia del trabajo de las personas.
En resumen, eventualmente tendremos robots que harán el trabajo pesado y repetitivo por nosotros. Entonces, se lo puedo asegurar, estaremos agradecidos.