Muchos ejecutivos piensan que Agile no es necesario, porque esa “cosa ágil” es para desarrollar software y no se puede aplicar a otras industrias. Para aquellos que creen en eso hay malas noticias: Agile no es un proceso, es una revolución. El movimiento ágil es la nueva ola de la sociedad actual.
Agile es una manera de pensar completamente nueva, y cambiará profundamente la forma en que nuestra sociedad se construye. Si los ejecutivos no se dan cuenta de esto, lo más probable es que sean sustituidos por líderes más jóvenes.
La explicación es muy simple. Por más exitosos que hayan sido los actuales directivos en la conducción de sus multimillonarias empresas, hasta hace veinte años la sociedad era mucho más estática de lo que es hoy en día. La barrera de entrada para iniciar un negocio era enorme; sólo las personas adineradas, o aquellos con un gran capital inicial, podrían crear una empresa.
Debido a que las barreras eran tan enormes, había menos competencia. Hoy en día, cualquiera puede crear una empresa y competir contra las grandes corporaciones. Nunca ha sido tan fácil ganar dinero de lo que es hoy. Pero al mismo tiempo tampoco nunca ha sido tan difícil, porque todos tienen acceso a las mismas herramientas: hay mucha más competencia.
Los ejecutivos deben adaptarse a esta nueva sociedad y permitir que sus empresas sean más ágiles si quieren sobrevivir en un mercado altamente competitivo.
En pocas palabras, la gestión ágil implica la división de una empresa en pequeños equipos de empleados, cada uno actuando como una start-up por derecho propio. El objetivo es cambiar la forma en que su empresa opera para satisfacer las demandas en constante cambio del mercado global.
La adopción de procesos ágiles aumenta la productividad en un sorprendente 87%.
La propia naturaleza del sistema ágil está diseñada para fomentar la flexibilidad, la innovación y la creatividad, atributos que se están convirtiendo rápidamente en elementos esenciales para cualquier lugar de trabajo dinámico en estos tiempos. Sus proponentes sostienen que las estructuras rígidas de los sistemas de gestión estándar no son capaces de satisfacer las necesidades del lugar de trabajo moderno donde los empleados valoran la cultura de la empresa y las condiciones de trabajo flexibles más que nunca.
Con palabras como escuadrones, tribus y gremios, cualquiera pensaría que se trata de un partido de Gotcha o de Juego de Tronos:
- Escuadrones: Los equipos individuales que confoman una empresa en gestión ágil se conocen como escuadrones. La idea es que cada escuadrón tenga su propio objetivo definido, hacia el que trabajan de forma autónoma. Cada escuadrón tiene un “propietario del producto” que prioriza el trabajo a realizar. Sin embargo, no les dicen a los empleados cómo trabajar. Los miembros del escuadrón también tienen acceso a un “entrenador ágil” para mantenerlos actualizados y bien informados.
- Tribus: Una tribu es el nombre dado a una colección de escuadrones que trabajan juntos. Pueden ser vistos como una incubadora para los mini escuadrones. Las tribus generalmente no exceden de 100 empleados.
- Gremios: La idea detrás de los gremios es que mantengan la cohesión en la empresa y garanticen que no se pierdan economías de escala sin sacrificar demasiada autonomía. En otras palabras, los gremios permiten hacer referencias cruzadas entre escuadrones.
Los antecedentes de la revolución ágil se pueden encontrar en los estilos administrativos de los 70 y 80 puestos en marcha por compañías como Toyota o Fuji. El sistema Kanban desarrollado por Toyota incluía un sistema visual a base de tarjetas de colores para indicar el avance de los proyectos a los empleados en la cadena de suministro.
Hoy los equipos ágiles utilizan tableros Scrum o Kanban para representar visualmente las tareas y el flujo de trabajo con categorías de “hacer”, “en curso” y “hecho”. Una de las principales diferencias es que el sistema Scrum utiliza “sprints”, cantidades definidas de tiempo para producir un producto o completar las tareas antes de comenzar el siguiente sprint.
Es tiempo de adoptar nuevas herramientas para acelerar el ritmo en que opera su organización. Ágil es hoy la más usada por las start-ups, acompañada de los sistemas visuales para seguimiento de los flujos de trabajo, que permiten a las personas engancharse con la visión y darle significado.
Si quiere conocer más puede conocer el Agile Manifesto. Aunque más relacionado con el desarrollo de software, sintetiza los principios aplicables a cualquier tarea.