La llegada de la tecnología inalámbrica de quinta generación 5G ha despertado gran interés en el mercado, y sus principales actores ya están en campaña por hacer el 2019 el año en que todos se enteren de sus beneficios. La asociación 5G Americas y la firma de consultoría Ovum estiman que a fines de 2019 habrá 420,000 suscripciones móviles a redes 5G en el mundo. Aunque estos números no incluyen la realidad de México.
5G promete mayores velocidades para carga y descarga de datos, mejores indicadores de calidad y confiabilidad de red que la generación precedente. Ernesto Piedras, director general de la firma de consultoría The Competitive Intelligence Unit (The CIU), indicó en entrevista que esta tecnología ofrecerá menor latencia que la que se tiene actualmente, mayores capacidades de transferencia de datos y la posibilidad de conexión masiva de dispositivos.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones publicó a finales de 2017 los requerimientos de estandarización para el desarrollo de servicios móviles para la operación de una red 5G. Entre estos destaca la velocidad de descarga de al menos 100 Mbit/s y 50 Mbit/s de carga; conectividad a un millón de dispositivos por km² —lo que requerirá de una densidad de radiobases de 40 a 50 por km²— todo con una latencia no superior a 4 milisegundos.
No obstante, aún hay escepticismo cuando se piensa en la efectividad de las redes inalámbricas 5G. En julio pasado, durante el IEEE 5G World Forum 2018, se dijo que la baja latencia para el IoT —una de las características más publicitadas del uso de las redes 5G, que permite su uso en automóviles autónomos— parece que no estará a la altura de las necesidades. Esto porque aun cuando las bajas latencias son reales, la cobertura de la red no alcanzará al 100% del territorio con la suficiente rapidez, en especial en carreteras y poblaciones rurales.
5G en la oferta de dos proveedores de servicios
A inicios del mes, durante la feria internacional de electrónica de consumo, CES, AT&T dio a conocer que cambiará el nombre de los modelos recientes de teléfonos 4G con Android y una evolución hacia 5G o “5G E”, como un reflejo de las actualizaciones de velocidad y capacidad de la red actual del operador.
Hace unas semanas, el proveedor introdujo servicios de comunicación móvil basados en 5G en el Estadio AT&T de Arlington, Texas, sede del equipo de futbol americano Dallas Cowboys.
También en el CES, Verizon mostró cómo dentro de una misma área de servicio las redes 5G pueden admitir 200 veces más conexiones que 4G. Durante su conferencia magistral, el presidente ejecutivo de la compañía, Hans Vestberg, informó que para incentivar el desarrollo de aplicaciones 5G, ofrecerán un millón de dólares en capital semilla a los desarrolladores que trabajen en nuevas aplicaciones para dicha red.
Otra vertiente en la adopción de 5G es la carrera entre fabricantes de teléfonos. Según el director general de The CIU, Nokia, Sony y otros, están entre 12 y 18 meses atrás de Huawei. Pero el fabricante chino tiene en contra que, a fines de diciembre pasado, la Casa Blanca estableció una prohibición comercial de adquirir equipos de telecomunicación de ese país.
La medida afectaría directamente las acciones comerciales de Huawei y ZTE, los dos principales fabricantes de este tipo de dispositivos. La repercusión no solo sería en Estados Unidos, sino en varios países de occidente. En el marco de la batalla comercial entre Estados Unidos y China, la agencia Reuters informó este miércoles que el vocero del Ministerio de asuntos extranjeros del gigante asiático, Hua Chunying calificó la medida como histérica.
¿Qué sucede en México?
Durante la entrevista con The CIU, Carlos Hernández, director de Tecnología de Información y Comunicaciones y análisis de la firma, subrayó que 5G necesitará mayor despliegue de redes. Aunque vaya a tener la capacidad de conectar miles de dispositivos, será necesario que haya más torres por kilómetro cuadrado.
Según la estimación de la empresa consultora, México tiene un déficit de casi 20,000 torres: “Nuestro cálculo es que actualmente hay 35,000 y debería haber 52,000 o 53,000 torres desplegadas, cifra que aún sería deficitaria si hablamos de lo que 5G requiere”.
Hernández consideró que para que haya un pleno uso de 5G hacen falta dispositivos que puedan conectarse, tanto IoT como equipos terminales: celulares, tabletas, computadoras; además de un espectro radioeléctrico acorde a esa generación, y una infraestructura (antenas) que funcionen en ese espectro.
Se trata de diversos eslabones de una cadena, a la que si le faltan elementos no puede decirse que está funcionando. “O están todos los eslabones en su lugar y operando o no existe esta conectividad. No es un pesimismo a priori, no es descalificar capacidades, es reconocer que hoy tenemos una evolución, una adopción muy acelerada, una disponibilidad a comprar equipos más completos”, afirmó Piedras.
Por su parte, Gonzalo Rojón, director y socio en The CIU, fue específico en la estimación de adopción de 5G: “Por la experiencia y por la adopción de tecnología que se ha observado en México, como se hizo con 4G, consideramos que primero el tránsito se realizará en ciertas colonias o ciertas ciudades, de manera muy localizada; cuando el usuario salga de cierto perímetro regresará a 4G o incluso a 3G”. Y aunque algún operador ofrezca este servicio para finales de año, sería en pocas ciudades.
Rojón estima que la gran explosión de 5G será en 2020. Pero dependerá de todos los eslabones mencionados que México pueda llegar a explotar esta tecnología para ese año. Es muy difícil que el país pueda salir con una plena adopción de 5G en 2019, e incluso pensando en 2020 habría que contar con una regulación adecuada por parte del IFT, además de cuestiones de competencia y división de infraestructura por parte del operador preponderante.
A nivel de equipamiento actual de los usuarios, actualmente se estima que hay 119.5 millones líneas con 105 millones de teléfonos inteligentes –de los cuales 15 millones son de gama baja– en México. Esto indica que uno de cada ocho celulares ni siquiera puede acceder a la red 3G y más de la mitad no tiene conexión a 4G, lo que dificulta pensar en una transición hacia 5G.
El avance hacia esta generación está dándose, pero aún falta camino por recorrer. Especialmente en México.